Un antiguo barco de la II Guerra Mundial se ha convertido en una improvisada galería de arte en el fondo del mar al sur de la península de Florida (EEUU). Desde el pasado fin de semana y hasta finales del mes de julio, doce obras del fotógrafo Andreas Franke se exponen en el arrecife artificial formado en torno al navío, a unos 27 metros de profundidad. Para poder disfrutar de la exhibición Un mundo que se hunde, basta con disponer de una licencia de submarinismo. Las fotografías han sido sometidas a un tratamiento especial para soportar la erosión del agua, pero Franke espera que «el mar y sus criaturas le den el toque final a su obra», como especifica en su página web.
Fuente y fotografía: El País