Los vecinos de Ávila verán reducir la presión nocturna del agua en sus casas a partir de la madrugada de este lunes, con el objetivo de ahorrar agua, teniendo en cuenta el bajo nivel que presentan los tres embalses que abastecen a la capital abulense.
Los últimos datos aportados el pasado jueves por la teniente de alcalde y portavoz del equipo de gobierno, Patricia Rodríguez, señalaban que la medida de las reservas se situaba en el 31,96 por ciento, sin contar las lluvias de los últimos días.
La reducción de la presión comenzará a la 1.00 de la mañana y se prolongará hasta las 6.00, una vez instaladas en la zona sur y norte de la ciudad las válvulas de control de la presión.
Aunque los análisis de control de la presión estaba previsto haberlos concluido la semana pasada para la entrada en vigor de esta medida, finalmente los responsables de la empresa concesionaria del servicio, Aqualia, han decidido demorar la entrada en funcionamiento de la medida hasta este lunes.
Y ello, porque según la teniente de alcalde, los consumos de agua durante las pasadas Navidades podrían llevar a equívoco, al no ser «consumos fidedignos», ya que normalmente el consumo durante las fiestas aumenta».
Esta medida, que ha supuesto una inversión de 38.839,41 euros, se traducirá en un aumento del suministro de quince días, por cada doce semanas de funcionamiento de este sistema.
Desde el equipo de gobierno se considera que los abulenses de la capital apenas notarán la reducción de la presión, ya que «el equipo está comandado por un sensor en el punto más desfavorable», según explicó en su día Patricia Rodríguez.
En la actualidad, los tres pantanos se encuentran al 31,97 por ciento de su capacidad, siendo el embalse de «Fuentes Claras», el más pequeño, el que alcanza el mayor volumen de agua embalsada, con un 98,55 por ciento.
Por su parte, el de «Becerril» se sitúa al 37,13 por ciento de su capacidad y el de «Serones», el más grande, al 19,77 por ciento.
Esta situación hizo que el pasado 10 de diciembre quedara constituida la Mesa de la Sequía, integrada por todos los grupos políticos municipales -6-, técnicos del Ayuntamiento y personal de Aqualia, la empresa concesionaria del servicio.
Por otra parte, el pasado mes de diciembre el alcalde de la ciudad, José Luis Rivas, se vio obligado a desmentir de forma rotunda que el agua no fuera potable, a la vez que anunció acciones legales para descubrir a la persona o personas que están difundiendo ese mensaje a través de las redes sociales.
Según dijo, el agua de la red es «potable y apta para el consumo», en contra de los mensajes «de alarma social» difundidos a través de la redes sociales y que hablan de una supuesta falta de potabilidad del agua y del «colapso» de las urgencias por ello.
«Esto es impresentable, como mínimo», comentó Rivas, después de señalar que el agua es «perfectamente consumible», pese a reconocer que el olor y el sabor no es el deseable desde hace varios días, de ahí que se esté trabajando para que esas circunstancias «desaparezcan».
Fuente: Finanzas