La banca española va a tratar de que la bomba de relojería que es Abengoa no le estalle en su balance si la empresa cae finalmente, y en los próximos días, en concurso de acreedores. Ante el riesgo inminente de que se produzca por falta de liquidez, Banco Santander, Caixabank, Banco Sabadell, Popular, Bankia, HSBC y Crédit Agricole han empezado a buscar un inversor que le compre su deuda aunque sea con un fuerte descuento para evitar tener que provisionar todo el riesgo contra las cuentas del ejercicio en curso.
Fuentes próximas a las conversaciones han confirmado que esta es la alternativa más viable para que la sangría que puede suponer la suspensión de pagos definitiva de Abengoa no les salpique de lleno y emborrone los resultados de 2015. Como publicó El Confidencial la semana pasada, los bancos nacionales ya han consultado al Banco de España cuánto tendrían que dotar si la compañía andaluza pasa del preconcurso actual a concurso definitivo de acreedores antes de concluir el año. En la presente situación, deberían provisionar entre el 15 y el 25% de su posición, mientras que si la empresa se declara insolvente en los próximos 15 días, tendrían que cubrir el 100% de sus préstamos.
Abengoa ya ha reconocido que no tiene dinero ni para abonar las nóminas ni las facturas de los proveedores, por lo que ha pedido un crédito urgente de 100 millones para no incurrir en impagos y generar una crisis social de grandes dimensiones con los sindicatos. Pero, pese a las constantes rogativas de la familia Benjumea, la banca se niega a aportar más fondos ante el grave riesgo de que sean más millones perdidos. Pero al mismo tiempo el conocido como G7 -Banco Santander, Caixabank, Banco Sabadell, Popular, Bankia, HSBC y Crédit Agricole- sabe que si no llega esa línea de financiación acuciante, la multinacional caerá en concurso y deberán provisionar todo su riesgo.
Para conjugar ambas posturas, los bancos han comenzado a explorar la posibilidad de vender en bloque la deuda corporativa, que asciende a cerca de 5.000 millones. De esta cantidad, 1.400 millones se corresponden con un préstamo sindicado firmado en octubre de 2014 en el que participaron Banco Santander, HSBC, Société Générale, Bank of America, Bankia, Caixabank, Citigroup, Credit Agricole, Natixis, Banco Popular y Banco de Sabadell. Así actuaron en los casos de Codere y TP Ferro, empresas de las que se salieron antes de que entrasen en fase terminal.
Los acreedores ya han mantenido contactos con fondos oportunistas o ‘distress’, especializados en aprovechar oportunidades de compañías en apuros. Cerberus, Oaktree, Apollo, OaK Hill o Blackstone son algunos de los que más han invertido en España, al beneficiarse de empresas en situaciones críticas y de los bancos que necesitaban aligerar sus balances.
La clave de la operación sería la quita a aplicar a la deuda en venta, que como mínimo será del 50%, pero que podría llegar hasta el 75%. Al entrar en Abengoa con ese descuento por la puerta de atrás, con aportar liquidez y capital en menor proporción de la que exigía Gestamp, el fondo ‘distress’ tomaría la mayoría del accionariado de la compañía aún propiedad de los Benjumea. Los bonistas ven con buenos ojos esta solución, porque sería rápida y efectiva, con lo que se evitaría el deterioro diario del grupo, sin acceso a líneas de financiación.
Lo que la banca descarta actualmente por completo es capitalizar la deuda, que Abengoa se convierta en una segunda Pescanova, opción que también se analizó. Es decir, canjear deuda por acciones y entrar en el capital de la empresa andaluza. Una maniobra que obligaría a permanecer después al menos tres años para intentar recuperar la inversión. El razonamiento es que como la quita es inevitable, lo más práctico es traspasar la deuda y salirse de la tormenta cuanto antes.
La operación no será fácil dado el importe a vender, unos 5.000 millones de euros, que una vez aplicada la quita se quedarían en la mitad. El consejo de Abengoa se reúne hoy lunes para analizar una situación crítica.
Fuente y fotografía: El confidencial