Desafortunadamente, la mayoría de las naciones están tratando de solucionar los problemas del siglo XXI con la tecnología del siglo XX, recurriendo a «soluciones grises»: masivas obras públicas de acero y hormigón, como represas, plantas de tratamiento y redes de drenaje de aguas pluviales, con resultados que pueden ser inadecuados en el mejor de los casos, perjudiciales en el peor.
Las soluciones tradicionales han contribuido a la degradación ambiental y son a menudo vulnerables a los impactos ambientales como el cambio climático, además de ser una carga económica que podría alcanzar la insostenibilidad en poco tiempo, especialmente en países con bajos recursos o en desarrollo.
La entrega de agua y saneamiento para todos en el siglo XXI requerirá un nuevo enfoque, que deberá tener en cuenta a los sistemas «verdes» tales como bosques, pastizales y humedales, que protegen nuestro acceso a aguas limpias y (si no los daña la acción humana) son más resistentes al cambio ambiental.
Esta «infraestructura verde» puede reducir los costos y manejar los riesgos de los sistemas de agua de manera muy efectiva. Medidas tales como proteger las cuencas hidrográficas para proporcionar servicios de regulación del agua y filtrado, pueden evitar la necesidad de nuevos gastos y reducir los costos operacionales.
Perú un ejemplo de soluciones verdes
En Lima, Perú, se está tratando de combinar estos dos tipos de soluciones la gris y la verde como opciones de manejo del agua lo que podría ahorrar un 18% sobre los costos, en comparación con una estrategia que dependa únicamente de la infraestructura gris.
Perú está convirtiéndose en una nación líder en avanzar hacia un nuevo enfoque «verde + gris» en cuanto a la gestión del agua, con un nuevo programa innovador que asigna una parte de las tarifas del agua a la nueva infraestructura verde.
Expertos peruanos e internacionales están diseñando el primer Plan Maestro de 30 años que integrará en la ciudad de Lima, la infraestructura verde en la planificación a largo plazo para la seguridad del agua.
Mejorar el manejo de los pastizales en las praderas andinas altas y restaurar las tecnologías tradicionales de manejo del agua que trabajan con la naturaleza, como los antiguos canales de infiltración incaicos harán que la provisión del agua resulte más sostenible y rentable para los limeños.
Fuente y fotografía: Ecoticias