«Todo el planeta está saturado de plásticos… ¿Todo? ¡No! Una ecoaldea poblada por irreductibles recicladores resiste todavía y siempre a los envases PET». Con este lema por bandera, el Astérix-canadiense Robert Bezeau está levantando el primer pueblo construido íntegramente con botellas de plástico en la paradisíaca isla caribeña de Bocas del Toro, en Panamá. Un sueño verde para demostrar al mundo que sí, sí se puede, reducir la contaminación de nuestros mares. Su proyecto, de momento, va a ‘retirar de la circulación’ más de un millón de botes tóxicos.
Bezeau llegó hace varios años a la isla. Desde el 2012 encabeza un grupo de voluntarios encargados de limpiar las playas de toda la porquería que traen las olas. «Contamos con más de un millón de botellas recogidas durante el último año y medio», asegura el ideólogo del proyecto en un vídeo colgado en Vimeo que puedes ver más abajo. El programa de reciclaje fue una bocanada de aire fresco para los residentes de las islas y muchos turistas que las visitan anualmente.
RESISTENTES, LIGERAS Y VERDES
‘Plastic Bottle Village’ está levantando 120 edificios de paredes rellenas de botellas de plástico. Con estructuras de hierro huecas para acoger los envases y el hormigón, se ponen a punto muros ecológicos, tan resistentes como ligeros, y a prueba de terremotos (habituales en la zona).
Una vivienda de 100 metros con dos dormitorios recicla la asombrosa cifra de 14.000 botellas y, además, consigue una excelente temperatura interior 17 grados más fría que la exterior.
Los arquitectos que trabajan con Bezeau han diseñado tres modelos de viviendas, que se entregan con toda la instalación de fontanería y electricidad. ¿El precio? Entre 149.000 y 300.000 dólares (entre 137.000 y 275.000 euros).
Las obras van viento en popa en una superficie de 83 acres de tierra virgen con montañas, valles y arroyos. El núcleo residencial también tendrá un pequeño albergue, jardines y un pabellón donde practicar yoya, por ejemplo.
PROYECTO PIONERO
Es la primera vez que un pueblo entero se basa en este concepto, si bien en Honduras ya existen experiencias con botellas en la construcción de casas, colegios e incluso paradas de autobús.
Y ADEMÁS… UNA ESCUELA
Bezeau ha puesto en marcha, además, un centro educativo donde transmite su particular técnica de construcción. «Vamos a estar viviendo dentro de lo que hemos consumido y tirado. Estas botellas recicladas podrían neutralizar el efecto negativo de su vida en la Tierra, y podremos dejar nuestras ‘huellas’ con este gesto de ayuda al planeta».
«Quiero que el mundo se dé cuenta de que podemos reutilizar las botellas de plástico en muchas otras opciones. Además de como aislamiento del hogar, puede servir para hacer refugios temporales tras un desastre natural, granjas para animales, piscinas, drenaje de terrenos, graneros, bodegas, carreteras…», asegura este visionario.
Fuente y fotografía: Ecoportal