Los ganaderos del valle de Estós, en el municipio pirenaico de Benasque, se preparan para dejar el cayado y servirse de drones, con el fin de vigilar el deambular de sus reses por los pastos que verdean en las montañas, así como para controlar su temperatura y determinar su estado de salud.
Se trata de un proyecto pionero e innovador en el que confluyen la tradición de una actividad esencial para la conservación del medio ambiente en las zonas de montaña, la ganadería extensiva y la aplicación de las tecnologías más avanzadas y punteras para facilitar el trabajo de los pastores.
De la mano de la Escuela de Negocios del Pirineo (Esnepi), una iniciativa del gurú de las nuevas tecnologías Carlos Barrabés y de la empresa especializada Hemav, los ganaderos de Benasque han comenzado a dar los primeros pasos de un proyecto en el que han volcado muchas ilusiones para el futuro.
En esta iniciativa confía el presidente de la Junta de Propietarios del Valle de Estós, Miguel Ángel López, quien es consciente de que el proyecto está en fase de desarrollo y pendiente de perfeccionar el sistema de sensores que permitirá controlar el estado de las reses.
López explica a EFE que todo comenzó a partir de la sugerencia de un ganadero de la zona, que planteó la posibilidad de utilizar drones para vigilar los desplazamientos de las vacas por la montaña.
A partir de ese momento, la idea corrió como la pólvora hasta llegar a manos de Carlos Barrabés, un emprendedor de Benasque que vio la potencialidad de la iniciativa y decidió respaldarla a través de la Escuela de Negocios del Pirineo.
La idea fue trasladada a la empresa Hemav de Barcelona, uno de cuyos propietarios, Carlos Ferraz, ingeniero aeronáutico nacido en Graus (Huesca), atisbó la posibilidad de aplicar tecnologías ya desarrolladas al funcionamiento de los drones a la vigilancia y control del ganado.
El presidente de la Junta de Propietarios de Estós se muestra convencido de que esta tecnología será una herramienta “esencial” para aumentar la productividad de la ganadería de montaña.
Los sensores que se proyectan incorporar a las reses emitirán datos por corta frecuencia al dron, que serán canalizados a un centro de almacenamiento en la nube ubicado en Barcelona antes de aparecer en el teléfono móvil o PDA del pastor.
Según López, esto permitirá detectar al momento datos sobre alteraciones de temperatura en las reses que indicarán si un parto es inminente o si padecen de alguna afección, cuestiones a las que no siempre llega a tiempo el pastor y que propician muertes en los rebaños que afectan a la ajustada rentabilidad del negocio.
El dron en desarrollo fue bautizado de forma inmediata con el nombre “isorigué”, palabra en patués (lengua vernácula de la zona) con la que se denomina al cernícalo, ave rapaz que se suspende en el aire para vigilar su territorio.
Si el proyecto llega a buen puerto, las más de 800 vacas que se trasladan los veranos a Estós para nutrirse de sus pastos estarán totalmente controladas, sin exigir los continuos y largos desplazamientos de los pastores, que podrán hacer el seguimiento desde un dispositivo móvil.
Aurelio García, portavoz de Esnepi, se muestra entusiasmado ante las potencialidades de un proyecto que abre un variado abanico de posibilidades y asegura que la utilización de estos drones evitará la muerte de reses durante la campaña de pastos, algo que considera “muy bueno” para un sector de rentabilidad “complicada”.
También se prevé que los drones dispongan de la tecnología suficiente para evaluar el estado de los pastos y seleccionar las zonas más adecuadas para el ganado.
La maquinaria está en marcha, con el objetivo de que un plazo de tiempo todavía sin determinar culmine el desarrollo de los sensores de control y la formación de las personas que pilotarán los “isorigué”.
“Si acertamos -afirma el portavoz de Esnepi- y conseguimos un modelo de gestión para la ganadería extensiva, conseguiremos una nueva economía que dará riqueza al valle”.
A pesar de que el proyecto sólo se ha presentado en una feria local en Benasque al no estar completado aún su desarrollo, ganaderos de otros lugares se han interesado por la idea.
Si la iniciativa prospera, todos los datos obtenidos en las distintas zonas de aplicación de los drones serán gestionados y difundidos desde Benasque.
Las posibilidades son infinitas, asegura García, ya que los drones proyectados han despertado también el interés para rescates de montaña o la prevención de aludes.
Fuente y fotografía: EFE Verde