El cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado de la Santa Sede, intervino este lunes por la tarde en la Cumbre del Clima de París, conocida como COP21, que tiene lugar del 30 de noviembre al 11 de diciembre.
Al iniciar su discurso, el purpurado ha dirigido un saludo a todos los presentes “en nombre del papa Francisco”. Además, transmitió el ánimo del Santo Padre para que la COP 21 pueda concluirse con la adopción de un acuerdo global y transformativo que tenga una clara orientación ética, que transmita fuertes señales para todos los actores implicados y que adopte una visión a largo plazo coherente con la consecución de tres objetivos: paliar los efectos del cambio climático, luchar contra la pobreza, hacer florecer la dignidad del ser humano.
De este modo, indicó que un acuerdo global y transformativo, como pide el Papa, debería anclar sus cimientos en tres pilares. El primer pilar consiste “en la adopción de una clara orientación ética, que inspire las motivaciones y las finalidades del acuerdo a implementar”, observó. El cardenal recordó que “las personas más vulnerables al impacto del fenómeno del cambio climático son los más pobres y las generaciones futuras, que sufren las consecuencias más graves, sin a menudo ser responsables”. Asimismo, advirtió que este fenómeno no conoce fronteras ni barreras políticas o sociales que nos permitan aislarnos, “refuerza en nosotros la conciencia de que somos una sola familia humana y que no hay espacio para la llamada globalización de la indiferencia”. Frente a esta situación de urgencia, el purpurado destacó que “es importante que este acuerdo se centre en el reconocimiento tanto del imperativo ético a actuar en un contexto de solidaridad global, tanto en la responsabilidad común pero diferenciado de cada uno, según las respectivas capacidades y condiciones”.
El segundo pilar al que hizo referencia fue el deber de transmitir señales claras que orienten los comportamientos de todos los actores interesados a comunicar por parte de los Gobiernos, pero también las autoridades locales, el mundo empresarial, la comunidad científica y la sociedad civil. Destacó la importancia de “emprender con convicción el camino hacia una economía de bajo contenido de carbono y hacia un desarrollo humano integral”. E igualmente, subrayó que los países con mayores recursos y capacidad deberían dar buen ejemplo, aportando recursos a los países más necesitados para promover políticas y programas de desarrollo sostenible.
Finalmente, el tercer pilar del que habló fue la visión del futuro. El cardenal Parolin aseguró que la COP 21 no representa ni un momento de llegada ni un punto de salida, sino una etapa crucial de un recorrido que ciertamente no termina en el 2015.
Para concluir su intervención, el secretario de Estado de la Santa Sede aseguró que “es necesario tomarse en serio la actuación de modelos de producción y consumo sostenible y de nuevas actitudes y estilos de vida”. Aquí se entra –precisó– en los campos fundamentales de la educación y de la formación, lamentablemente, a veces dejados de lado en las negociaciones sobre acuerdos internacionales.
“Las soluciones técnicas son necesarias pero no suficientes si no se entra en los méritos de la educación a estilos de vida sostenibles y a una conciencia responsable”, aseguró el cardenal. Asimismo denunció que “el actual estilo de vida, con la cultura del descarte, es insostenible y no debe tener espacio en nuestros modelos de educación y desarrollo”.
Fuente y fotografía: Zenit