La biodiversidad mundial ha caído en los últimos años hasta niveles por debajo de los límites de seguridad establecidos en 2009 por científicos de todo el mundo. Es la conclusión de un estudio publicado este jueves en la revista científica Science. Esta pérdida puede influir en la sostenibilidad de las sociedades humanas y en el funcionamiento del ecosistema, como por ejemplo, en el ciclo de nutrientes, que es el reciclaje ecológico a través de la cadena alimentaria.
El límite de seguridad está fijado en la pérdida de un 10% de especies con respecto a las cifras previas al uso humano de la tierra. En ese caso se mantendría un 90% de las especies propias de una determinada zona. El mapa elaborado por los investigadores para ilustrar la pérdida revela que la biodiversidad se sitúa entre el 85% y el 88%, de lo que se extrae que ha caído al menos un 12%.
Esta es la primera vez que se cuantifica con detalle el efecto de la pérdida de hábitat sobre la diversidad biológica a nivel mundial, según el equipo de investigadores, dirigidos por Tim Newbold, genetista de la University College London (UCL). “Sabemos que la pérdida de biodiversidad afecta a la función del sistema, en cambio, cómo afecta no está tan claro”, explica Newbold. El científico asegura es que en muchas partes del mundo, la situación está llegando a un punto en que probablemente será necesaria la intervención humana para mantener la función de los ecosistemas.
La pérdida de la biodiversidad, según estos científicos, se debe fundamentalmente a los cambios en el uso del suelo y a las actividades propias de las sociedades humanas. Esta afirmación se sustenta en que algunas zonas a las que los investigadores llaman puntos calientes, que son aquellas que han sufrido pérdida de hábitat pero siguen conservando una gran cantidad de especies que solo se encuentran en esa zona, están en grave peligro por el alto deterioro de las condiciones del entorno. En cambio, otras zonas como la Amazonia, que no han sufrido tantos cambios por la intervención humana como las grandes ciudades, tienen un margen mayor de conservación.
“Los mayores cambios se han producido en los lugares donde vive la mayoría de la gente. Y esto podría afectar al bienestar físico y psicológico de la población por la desaparición de recursos naturales”, señala Newbold. Las zonas más afectadas por la pérdida de vida son las praderas, sabanas y bosques. Como solución, el experto propone preservar las áreas ricas en vegetación natural y restaurar las tierras utilizadas por humanos.
El estudio, realizado por investigadores de UCL, el Museo de Historia Natural de Londres y PNUMA-WCMC (Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente), ha analizado datos de cientos de científicos de todo el mundo, 2,38 millones de registros de 39.123 especies en 18.659 lugares recogidos en la base de datos del proyecto llamado PREDICE.
Andy Purvis, del Museo de Historia Natural de Londres, quien también ha participado en la investigación, alerta del peligro de una recesión ecológica ya que las consecuencias podrían ser devastadoras para el futuro del desarrollo sostenible de la humanidad. “Estamos jugando a la ruleta rusa ecológica”, concluye Purvis.
Fuente y fotografía: El País