Los ministros de Medio Ambiente del mundo han llegado este fin de semana a 25 compromisos para elaborar una hoja de ruta para la aplicación de la agenda para el desarrollo sustentable y los acuerdos del Clima de París (COP21). Entre las resoluciones aprobadas en la segunda Asamblea de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (ANUMA) en Nairobi (Kenia), hay decisiones conjuntas para detener el trafico ilegal de vida silvestre, la basura en los océanos, los desechos tóxicos y la contaminación del aire. También se han establecido medidas para una producción y consumo más sustentable, entre ellos evitar el desperdicio de comida.
A pesar de lo anterior, algunos gobiernos se mostraron frustrados porque no se logró pasar una propuesta de Marruecos, apoyada por la Liga de Países Árabes, para enviar un grupo de expertos a la Franja de Gaza para realizar una asesoría del impacto ambiental de los bombardeos israelíes en 2012 y 2014, y que se discutiría posteriormente en la Asamblea General de la ONU. “La Unión Europea, Estados Unidos y por supuesto Israel estaban en contra de esta medida, que le daría más validez a Palestina. Fue una cuestión geopolítica que al final logro trabar la negociación por una cuestión técnica: los Estados decidieron hacer una votación para decidir si se decidía por votación. Al final se hizo tarde y ya no había la gente necesaria”, explica uno de los negociadores que prefiere no ser citado. Sí se pasó, sin embargo, una propuesta más genérica de Ucrania que propone al Programa de Naciones unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) realizar estudios de impacto ambiental y proyectos de recuperación en zonas de conflicto.
Delegados de 174 países acudieron a la asamblea que la ONU ha calificado de emblemática. “En las decisiones tomadas en esta asamblea vemos un cambio direccional que va a ayudar a las decisiones de los ministros en sus países. Ahora necesitamos ver el compromiso a nivel nacional para asegurar un futuro mejor para la gente y el planeta”, aseguró Achim Steiner, director ejecutivo del PNUMA.
Uno de los acuerdos más mencionados fue el de reforzar la cooperación internacional para erradicar el tráfico de vida silvestre. Entre ellos están reforzar los sistemas anticorrupción y de lavado de dinero. Los países también pidieron la asesoría del PNUMA para disminuir la basura y los plásticos del mar.
Los Estados miembros también llamaron en una resolución a que los países cumplan con sus obligaciones internacionales a la protección del medio ambiente en zonas de conflicto. También se llegó al acuerdo de reducir el desperdicio de comida, que es una tercera parte de la producción mundial.
La asamblea se centró en recordar que la salud de la humanidad depende de la salud del planeta y que cada año 12,6 millones de muertes son atribuidas a la degradación del ambiente. Por ello también se llamó a implementar medidas para el manejo de los desechos tóxicos. También de químicos como el plomo: cada año mueren más de 654,000 personas por exposición a este metal pesado y causa daños en el desarrollo de los niños. También se reiteró que el cambio climático avanza más rápido de lo que se creía y que hay poco tiempo para revertir los efectos en todo el mundo.
Fuente y fotografía: El País