En una de las regiones más áridas del mundo, ubicada en Perú, una serie de agujeros en espiral destacan en el paisaje: los puquios de Nasca.
Su origen había sido un misterio, que acaba de ser resulto desde el espacio.
Los agujeros están en el desierto de Nasca. La zona es famosa por sus imágenes geométricas grabadas en la superficie -las llamadas líneas de Nasca-, que son las pruebas arqueológicas de una sociedad que floreció hace dos milenios y acabó desvaneciéndose.
Lo que siempre ha intrigado a los expertos sobre el antiguo pueblo de Nasca es cómo logró sobrevivir en un área donde las sequías pueden durar por años.
Según Rosa Lasaponara, del Instituto de Metodologías para Análisis Ambiental, en Italia, los puquios eran un «sofisticado sistema hidráulico construido para recuperar agua de los acuíferos subterráneos».
Y transformaron esta inhóspita región.
Lasaponara y su equipo estudiaron los puquios utilizando imágenes satelitales.
Los puquios eran un sofisticado sistema hidráulico construido para recuperar agua de los acuíferos subterráneos»
Distribución
Con las imágenes tomadas desde el espacio los investigadores fueron capaces de mejorar el entendimiento de cómo los puquios estaban distribuidos a través de la región de Nasca y dónde estaban ubicados en relación a los asentamientos cercanos.
«Lo que es claramente evidente hoy es que el sistema de puquios debe haber sido mucho más desarrollado de lo que se creía», afirma Lasaponara.
«Al explotar un abastecimiento inagotable de agua a lo largo del año el sistema de puquios contribuyó a una intensa agricultura en los valles en uno de los lugares más áridos del mundo«.
Una serie de canales transportaban el agua, atrapada en el subsuelo, hacia las áreas donde ésta se necesitaba. Cualquier cantidad restante era almacenada en embalses en la superficie.
Para ayudar al transporte, se excavaron chimeneas sobre los canales en forma de embudos en espiral.
Estos embudos dejaban que el viento entrara a los canales y eso forzaba al agua a fluir a través del sistema.
«Los puquios fueron el proyecto hidráulico más ambicioso de la región de Nasca y proveían agua durante todo el año, no sólo para la agricultura e irrigación sino también para necesidades domésticas», dice Lasaponara, quien escribió un libro sobre sus estudios satelitales titulado «Antiguo Mundo Nasca: Nuevos Conocimientos de Ciencia y Arqueología», que será publicado a fines de este año.
El origen de los puquios ha sido un misterio para los investigadores porque no ha sido posible usar las técnicas tradicionales de datación por carbono en los túneles.
Lo que es realmente impresionante es el gran esfuerzo, organización y cooperación que se requirieron para su construcción y mantenimiento regular»
Alta tecnología
El pueblo de Nasca tampoco dejó claves sobre sus orígenes. Igual que muchas otras culturas sudamericanas, no tenían sistema de escritura.
Su existencia nos muestra algo extraordinario sobre la gente que vivió en la región de Nasca desde antes del año 1.000 a.C. hasta el año 750 de nuestra era.
«La construcción de los puquios involucró el uso de tecnología particularmente especializada», dice Lasaponara.
«No sólo los constructores de los puquios necesitaban un entendimiento profundo de la geología del área y de las variaciones anuales en la disponibilidad del agua, el mantenimiento de los canales fue también un desafío técnico debido a que éstos se extendían a lo largo de placas tectónicas».
«Lo que es realmente impresionante es el gran esfuerzo, organización y cooperación que se requirieron para su construcción y mantenimiento regular», dice la investigadora.
«Eso significó una dependencia regular del abastecimiento de agua durante siglos, en una de las zonas más áridas de la Tierra».
«Es probable que el mantenimiento fuera un sistema de colaboración socialmente organizado, similar al adoptado por la construcción de las famosas líneas de Nasca, que en algunos casos están claramente relacionadas a la presencia de agua», afirma.
La calidad de la construcción era tan buena, que algunos de los puquios todavía funcionan hoy, agrega la científica.
Estas estructuras muestran que el pueblo nativo de la cuenca de Nasca no sólo era altamente organizado, sino que su sociedad estaba estructurada como una jerarquía, dice Lasaponara.
La investigadora asegura que los puquios eran vitales para que «quienes tenían poder sobre las comunidades controlaran la distribución del agua y afirmaran su influencia».
El conocimiento de cómo llevar agua hacia uno de los lugares más secos de la Tierra significó que tenían en sus manos la verdadera clave de la vida.
Fuente y fotografía: BBC