El hielo del Ártico se derrite por el cambio climático, una situación que impactará sobre la biodiversidad y las comunidades de la región. El océano Ártico y sus costas son el hogar de 34 especies de mamíferos marinos, 633 especies de peces y cuatro millones de personas, incluyendo a pueblos indígenas y comunidades.
Se estima que se podrían invertir hasta un billón de dólares en el Ártico para los próximos 15 años. La cartera de inversiones se centra en sectores como la minería, el petróleo, el gas o la pesca, así como el procesamiento de recursos. Pero a medida que el hielo en el océano Ártico central se retrae, la navegación y el turismo estarán listos para convertirse en sectores claves. Por ejemplo, en los últimos diez años, el turismo en Islandia ha aumentado un 400%. Asimismo, este «nuevo océano» abriría una nueva ruta marítima que, se estima, acortaría los tiempos de viaje en un 30%.
Todos estos datos están recogido en un nuevo informe elaborado por WWF. Getting it right in a new ocean, es el primer estudio que describe cómo se pueden desarrollar los recursos oceánicos del Ártico y las economías para garantizar a largo plazo la rentabilidad y salud ecosistémica para la región y el planeta.
El informe hace un llamamiento a los inversores, empresas, gobiernos y comunidades árticas para que consideren los impactos de sus actividades y aseguren que la sostenibilidad sea el principio rector para la toma de decisiones mediante el uso de la gestión basada en los ecosistemas y los principios de economías azules sostenibles. Por ello, esta investigación busca orientar a los gobiernos y las empresas sobre cómo se puede lograr la sostenibilidad en este momento crucial para el Ártico.