Según un estudio llevado a cabo por Investigadores del Instituto Catalán de Investigación del Agua (ICRA) y la Universidad de Barcelona (UB) indica que, por primera vez, las balsas pequeñas y los estanques temporales liberan CO2 a la atmósfera incluso cuando no tienen agua. Esto influye en el ciclo global del carbono que controla el clima de la Tierra.
La investigación, que fue dirigida por Biel Obrador, profesor de la Facultad de Biología de la UB y Nuria Catalán, investigadora del ICRA, modifica el clásico papel que desempeñaban las balsas y estanques temporales como fuentes de emisión de carbono y su impacto en el efecto invernadero del planeta.
Durante el análisis se centraron en los flujos de carbono a lo largo del ciclo hidrológico en sistemas acuáticos temporales, tanto en las áreas inundadas como en las que no estaban cubiertas por agua y se hallaban secas. Se analizaron los flujos de CO2 y metano (CH4) en balsas temporales de pequeñas dimensiones en la isla de Menorca con condiciones muy variadas y en distintos periodos de tiempo.
Tal como indican los expertos, la cantidad de CO2 que liberan a la atmósfera es similar a la que emiten las aguas corrientes con más turbulencias (ríos, arroyos y torrentes) y es un valor que triplica el flujo de CO2 procedente de lagos, embalses y lagunas permanentes.