La extracción de arena degrada el ambiente, los fondos marinos y el litoral facilitando su regresión y el aumento de la incidencia de los fenómenos meteorológicos, lo que conlleva costes muy altos.
Así se recoge en el informe “Arena y Sostenibilidad” de la ONU sobre la extracción de arena. Según el estudio, la arena es el segundo recurso natural más extraído y comercializado por volumen después del agua y cuya demanda ha crecido de forma exponencial.
La demanda actual de arena y grava está actualmente entre las 40.000 y las 50.000 millones de toneladas por año en el mundo, el triple que hace dos décadas, según la ONU.
Diariamente se extraen 18 kilos de arena y grava por cada habitante del planeta, llegando a unos 50.000 millones de toneladas cada año. Como se explota más arena de la que se produce naturalmente, se afecta negativamente el planeta.
“Estamos gastando nuestro presupuesto de arena más rápido de lo que podemos producir de manera responsable. Al mejorar la gobernanza de los recursos de arena globales, podemos administrar mejor este recurso crítico de manera sostenible y demostrar que la infraestructura y la naturaleza pueden ir de la mano”, dijo Joyce Msuya, directora ejecutiva interina de ONU Medio Ambiente.
El informe busca generar una conversación mundial respecto a la regulación de la explotación de la arena, el recurso más extraído y comercializado por volumen después del agua.
El informe también advierte que, para satisfacer la demanda en un mundo de diez mil millones de personas sin dañar el medio ambiente, serán necesarias políticas de planificación, regulación y gestión eficaces.