Las lluvias de las últimas semanas han aumentado ligeramente el nivel de las reservas hídricas, sobre todo las del norte, como las del Cantábrico Occidental, Orienta y la cuenca de Miño. Sin embargo, las cifras no alcanzan a atenuar la sequía “estructural”, la más grave de este siglo en España.

De acuerdo con información brindada por el Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, los embalses peninsulares acabarán 2017 con sus reservas al 38,15 %, una cifra muy alejada de la media de la última década (31.691 hectómetros cúbicos). Además, los pantanos siguen en sus niveles más bajos desde 1995. Las cuencas con niveles preocupantes siguen siendo la del Segura, que está al 14,11 %; la del Júcar, al 25 %; la cuenca mediterránea andaluza, al 30,58 %; Duero, al 31,38 %; y Guadalquivir, al 31,69 %.

La situación es también preocupante en las reservas de uso consuntivo (el destinado al consumo humano), que están al 33,3 %.  Una cifra muy distante de los nieles del pasado año y de la media del último lustro (58,1%). También los embalses que proveen de energía eléctrica se encuentran a un nivel bajo. Al día de hoy están a 49 %, cuando la media de los últimos cinco años ha sido en estas fechas del 62,2 %.