China inauguró recientemente una curiosa planta solar que ha destacado, no tanto por su capacidad, sino por su forma ya que las placas se han dispuesto creando la imagen de un oso panda. Se trata de una central eléctrica ubicada en la ciudad de Datong, en la provincia de Shanxi. Ocupa 1 kilómetro cuadrados, genera 50 megavatios y ya ha comenzado a suministrar electricidad a una red en esa localidad del noroeste de China. Esta planta fotovoltaica contribuirá a la reducción de cerca de 60.000 toneladas de emisiones de dióxido de carbono al año.
Para lograr la figura de un panda se combinaron dos tipos de paneles solares: las partes negras del animal están conformados por celdas solares de silicona microcristalina, mientras que las partes más claras del mismo están conformadas por celdas solares de películas delgadas. La imagen difundida es en verdad un montaje simbólico de cómo luce la «planta panda». Entre el resultado final y el boceto de los diseñadores radica una diferencia sustancial en virtud de los colores: las placas fotovoltaicas deben ser oscuras para atrapar mejor los rayos solares, de modo que limitan su lucimiento artístico en imágenes panorámicas.
El Panda Power Plant es una creación de China Merchants New Energy Group, uno de los mayores operadores de energía limpia del país, en colaboración con el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (UNDP), que tiene el objetivo de promover la energía renovable.
La inauguración del parque sirvió para publicitar la nueva imagen de China en materia de energía renovable: el gigante asiático domina el 25% de la producción mundial de electricidad vía plantas solares y dispone de los dos complejos más grandes del planeta.