Las olas de calor cada vez afectan a más personas en todo el planeta. Algunas de las más recientes, como la ocurrida en Europa en el 2003, que acabo con la vida de 70.000 personas, o la de Moscú, que mató a 10.000 personas en 2010, son ejemplos de la amenaza que suponen estos fenómenos meteorológicos, tal y como informa Ecoticias.
Pese a los casos citados, poco se sabe acerca de los efectos en la salud humana de estos periodos de calor extremo. Ahora, una investigación publicada en Nature Climate Change ha decidido analizarlos y predecir cuáles serán las consecuencias mundiales de las futuras olas de calor.
En el estudio, un equipo científico de la Universidad de Hawái han examinado más de 900 artículos relacionados con episodios de calor que se han producido en distintas regiones del mundo desde 1980, contabilizando 783 olas de calor mortales en 164 ciudades de 36 países. Tras analizar cada caso, los autores han establecido el umbral en el que la temperatura y la humedad elevada se vuelven letales.
Cada vez más personas afectadas
Los resultados de la investigación muestran que cada vez existen más regiones del planeta, en las que durante 20 o más días del año se producen olas de calor mortales que afectan aproximadamente al 30% de la población mundial. Los expertos señalan que disminuir drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero no prevendría los episodios calor, solo reduciría su frecuencia, disminuyendo en un 26% el número de personas afectadas de cara a 2100. “Nos estamos quedando sin opciones para el futuro”, explica a Sinc Camilo Mora, profesor de la Universidad de Hawái, en Manoa, y autor principal del estudio.
“Muchas personas alrededor del mundo ya están sufriendo los efectos de las olas de calor, y, según los modelos realizados, esto continuara así. Si no se reducen considerablemente las emisiones, la situación será cada vez peor”, añade el investigador colombiano. Con los datos obtenidos, los científicos han creado una aplicación web que predice el número de días al año en los que se producirá una ola de calor mortal en cualquier lugar del mundo hasta 2100.
Los investigadores estiman que a finales de siglo el 74% de la población estará expuesta a olas de calor letales. Además, el trabajo pronostica que las personas que viven en áreas tropicales serán las más castigadas por estos episodios de calor. En España, la previsión de las futuras olas de calor tampoco es buena, aunque no es tan alarmante como la del trópico. Según los modelos realizados, en la costa Mediterránea durante los meses de verano, la temperatura y humedad traspasarán el límite en el que estas condiciones se vuelven mortales. Los héroes y los villanos del Acuerdo de París Entre las las medidas globales necesarias para hacer frente a las olas de calor, Camilo Mora declara a Sinc que es necesario “que los políticos aumenten la inversión en fuentes de energía alternativas y que los gobiernos locales desarrollen proyectos verdes para reducir el calor absorbido por las construcciones y el asfalto de las ciudades”.
En cuanto a las acciones sociales, el científico indica que, “es necesario que las personas reduzcan su consumo y se comprometan en la restauración de los ecosistemas que le rodean”. Con respecto a la efectividad el Acuerdo de París para hacer frente las olas de calor extremas, el autor principal del estudio valora el tratado como, “un paso adelante, que no prevendrá del todo que estos episodios continúen sucediéndose, pero que sería mucho peor no tomar medidas”.
“Cómo observador internacional, considero que tenemos una buena oportunidad de cumplir con los objetivos del tratado”, señala Mora, que no repara en elogiar a los líderes europeos defensores del acuerdo y en señalar a los que no están haciendo nada al respecto: “Tenemos algunos héroes como Trudeau, Macron, Merkel y las millones de personas que los apoyan. Evidentemente, siempre hay un villano en cada historia”. El investigador se muestra optimista en la lucha para frenar el calentamiento global, ya que esta convencido de «que habrá un final feliz para esta situación, no podemos permitirnos otra opción”, destaca.