La nieve y el hielo marino del Ártico comienzan a fundirse cuando llega la primavera y forman estanques de fusión en la superficie helada, que son cada vez más grandes con el calentamiento global y proporcionan más luz y calor, con lo que pueden tener una influencia directa y potencialmente importante sobre la vida en las aguas de esa zona del planeta.
Así lo aseguran cinco investigadores de instituciones de Dinamarca, Canadá, China y Reino Unido en un estudio publicado en la revista Polar biology, donde señalan que algas y bacterias pueden evolucionar en los estanques de fusión y proporcionar alimento a las criaturas marinas.
Los estanques de fusion pueden formar un ecosistema propio y pequeño. Cuando todo el hielo del mar se derrite durante el verano, las algas y otros organismos se liberan del agua marina circundante. Algo de ese alimento es ingerido inmediatamente por organismos que viven en la parte más superficial del océano.
Otros se hunden hasta el fondo y son devorados por criaturas de los fondos marinos, según explica Heidi Louise Sorensen, de la Universidad del Sur de Dinamarca y autora principal del estudio.
En la parte superior de la columna de agua hay principalmente krill y copépodos que se benefician de algas y bacterias ricas en nutrientes de los estanques de fusión. Esas criaturas son devoradas por animales más grandes, que van desde anfípodos a peces, focas y ballenas. Más abajo, los pepinos de mar y las estrellas ofiuras se benefician de las algas que se hunden.
Desde hace algún tiempo, los investigadores han sido conscientes de que los organismos biológicos simples pueden evolucionar en los estanques de fusión, pero hasta ahora no estaba claro por qué a veces hay muchos organismos en los estanques y en otras ocasiones prácticamente ninguno.
Los nutrientes aparecen de varias formas
Según el nuevo estudio, nutrientes es la palabra clave, puesto que cuando el fósforo y el nitrógeno encuentran su camino en un estanque de fusión, comunidades enteras de algas y microorganismos pueden florecer.
Los nutrientes pueden aparecer en un estanque de fusión de varias maneras. Así, pueden ser lavados con olas de agua de mar, transportados por tormentas de polvo del continente (por ejemplo, de la tundra siberiana) o lavados con tierra del litoral cuando llueve. Finalmente, aves migratorias u otros animales más grandes que descansan sobre el hielo pueden dejar otras fuentes de nutrientes.
Los investigadores indican que el cambio climático puede estar acompañado de más tormentas y precipitaciones, por lo que es de esperar que se liberen más nutrientes en los alrededores de los estanques de fusión. Estas condiciones, además de que la distribución de las áreas de los estanques de fusión está aumentando, pueden contribuir al aumento de la productividad en la vida vegetal y animal en los mares del Artico, según Ronnie Glud, del Departamento de Biología en la Universidad del Sur de Dinamarca.
Además, hay otros factores que potencialmente pueden contribuir al aumento de la productividad en los mares del Artico, ya que la luz puede penetrar en el agua cuando el hielo marino desaparece y cuanto más se calienta el continente hay más agua de fusión, que puede fluir hacia el mar llevando nutrientes en su estela.
Los científicos seleccionaron seis estanques de fusión en Young Sound (noreste de Groenlandia) para realizar su estudio, dos de ellos naturales y cuatro artificiales. El fósforo y el nitrógeno (nutrientes que también se conocen a partir del fertilizante de jardín común) se agregaron en varias combinaciones a cuatro estanques, mientras que dos sirvieron como estanques de control.
Durante un período de hasta 13 días, Sorensen midió muchos parámetros diferentes en el agua de fusión, incluyendo el contenido de clorofila A, un pigmento que permite a las algas absorber la energía de la luz y que fue de dos a 10 veces mayor que en los estanques enriquecidos con fósforo y nitrógeno que en los de control, lo que generó un mayor contenido de algas.
Fuente y fotografía: RTVE