Un proyecto de la ong Ayuda en Acción (AA) destinado al almacenamiento de agua y regadío para compensar la sequía en Bolivia, la más severa de los últimos 25 años, ha recibido hoy el IV Premio Internacional de Cooperación y Desarrollo, en la edición de este año de los galardones José Entrecanales Ibarra.
Marta Marañón, responsable de Relaciones Institucionales de AA, ha recogido el premio en un acto presidido por el rey Felipe VI por la labor desarrollada a lo largo de 2016 en la región andina de Azurduy, donde esta organización de ayuda humanitaria ha construido una presa, 15 lagunas colinarias y 30 estanques de ferrocemento que ya surten de agua a 2.000 habitantes de la zona.
“Muchos proyectos de colaboración fracasan una vez concluidos porque no se pueden mantener“, ha lamentado Marañón, pero en este caso tendrá continuidad porque “la sociedad boliviana ha participado en el desarrollo de las infraestructuras desde el comienzo” y “serán ellos quienes velarán para su mantenimiento“.
Afección del cambio climático
Bolivia cuenta con una superficie de más de un millón de kilómetros cuadrados y menos de diez millones de habitantes, aunque su espacio rural es “muy disperso“, ha explicado a EFE Félix Almendras, director del Programa de Desarrollo Agropecuario Sustentable de Bolivia (PROAGRO), institución que ha actuado como socio ejecutor de esta obra.
Dada la elevada altitud del país, “el cambio climático ha afectado en gran medida” a la forma de vida campesina, muy vinculada a la temporalidad de las lluvias, ha apostillado Almendras, puesto que las precipitaciones “se repartían antes en cinco meses al año pero ahora apenas llega a llover durante tres meses“.
Esto desconcierta a los agricultores, que no saben cuándo deben iniciar y concluir sus siembras y cosechas para asegurarlas.
Una presa contra la sequía en Bolivia
Por ello los campesinos de la región se volcaron el año pasado en el proyecto de AA, conocido localmente como “la cosecha del agua” y formaron parte de las labores de construcción de la presa y los estanques formando grupos de ‘minkas’ -en quechua, significa ‘solicitar ayuda prometiendo algo’- en los que han participado 59 familias bajo las indicaciones de los ingenieros de Ayuda en Acción y la Fundación José Entrecanales Ibarra.
“Somos familias campesinas que venimos de labrar la tierra, pero en los últimos años hemos perdido todas nuestras cosechas” ha lamentado en una entrevista con EFE Plácido Wagner Veramendi, presidente de la comunidad de beneficiarios, “por lo que decidimos luchar por nuestro futuro en grupo“.
Mantener cosechas
El nuevo sistema de almacenamiento y regadío permitirá mantener las cosechas de maíz, trigo, patata, cebada y ají, además de nuevos cultivos de árboles frutales como manzanos o duraznos -melocotoneros- con los que generar excedentes para comercializarlos y mejorar su situación económica.
Marañón ha añadido que la sociedad local ya ha desarrollado reglamentos y juntas especializadas en agua para garantizar el futuro del proyecto.
A pesar de “agradecer este IV Premio de Cooperación al Desarrollo“, la activista ha pedido a las administraciones que “tomen nota”, porque el proyecto de AA “es algo puntual” y Bolivia requiere “más atención” para desarrollar otros modelos de trabajo comunitarios y sostenibles.