Sí, no hay quien no sepa qué es Netflix esta plataforma gracias a la cual hemos pasado momentos increíbles con series como House Of Cards, Orange is thew New Black o Stranger Things. Netflix es uno de los más importantes operadores del mundo de servicios en línea de vídeo, representa más de un tercio del tráfico de Internet en América del Norte y en México tiene 68.9% del mercado de video bajo demanda. Lo que muchos no saben es que por su dimensión y rápido crecimiento Netflix también tiene una de las huellas energéticas más grandes de entre las empresas del sector de las Tecnologías de la Información (TI).
La cuestión es que la transmisión y el almacenaje de datos de esta empresa consume energías sucias y aunque en 2015, Netflix anunció que pretendía abandonar la totalidad de su huella de carbón, no lo ha hecho. De acuerdo con el más reciente reporte de Greenpeace “Clicking Clean, ¿quién gana la carrera por construir un internet verde) (1) Netflix sigue siendo una de las empresas del sector que está lejos de alcanzar la meta de uso de 100% energía renovable ya que actualmente sólo usa un 17% de energía renovable.
Es por eso que Greenpeace lanzó un video usando a los personajes de sus más famosas series, acomodando diálogos, invocando el espíritu de innovación y cambio de esta empresa para decirle que puede hacer historia.
También lanzó una petición en línea que la gente puede firmar en www.clickclean.org/mexico/es/ para pedirle a Netflix que diga adiós a las energías sucias y demuestre con ello su liderazgo.
Netflix ya ha cambiado la TV, es una de las empresas líderes en el sector de transmisión de video, y creemos que también tienen el poder de impulsar un cambio en nombre de nuestro planeta. Si Netflix se compromete con el 100% de energía renovable ayudará a la transición hacia un futuro energéticamente renovable.
¿Qué importancia tendría este cambio para el Planeta? La huella energética de la industria de TI ocupó el 7% de la electricidad global en 2012, Se pronostica que esa estadística aumentará aún más, ya que las actuales proyecciones anticipan un triple aumento del tráfico de Internet a nivel mundial para el año 2020 (2), y la era digital continuará expandiéndose de los actuales 3 mil millones hasta más de 4 mil millones en todo el mundo (3).
La manera en que construimos y alimentamos nuestra infraestructura digital mundial está volviéndose cada vez más esencial para la disyuntiva de si seremos capaces de realizar la transición a energía renovable puntualmente para evitar un cambio climático peligroso.
De hecho, si la alimentación de centros de datos y otras infraestructuras digitales fuera 100% renovable, nuestra creciente dependencia de Internet podría ayudar a acelerar nuestra transición a una economía de alimentación renovable. Pero, si esta misma infraestructura digital se construye de una manera que nos lleva en dirección opuesta, que nos encierra en un dramático aumento en la demanda de electricidad a partir de carbono y otras fuentes de energía sucias, cambiando el clima de nuestro planeta, la transición hacia una economía de alimentación renovable sería mucho más tardada y costosa.
Fuente y fotografía: Ecoosfera