El tráfico ilegal de animales y plantas mueve hasta 23.000 millones de dólares al año a nivel global, una cifra que sitúa esta lacra a una magnitud económica similar a la del tráfico de drogas, armas o personas, según los expertos participantes en el Congreso Mundial de la Naturaleza de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) que se celebra hasta el 10 en septiembre Hawái (Estados Unidos).
El comercio ilegal de vida silvestre ha sufrido un «enorme repunte» en los últimos cinco años y «arrastra en dirección a la extinción a más de 7.000 especies de todas las regiones del planeta», subrayó John Scalon, presidente de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES).
«Las multas son mínimas y el dinero que ganan las mafias es inmenso. Nos encontramos en una situación similar a la que teníamos hace 30 años con los elefantes, pero más compleja, porque ahora está en manos de mafias criminales muy bien organizadas», comenta Marco Lambertini, director deWWF Internacional.
«Cuando pensamos en la crisis de biodiversidad global, nos vienen a la mente la pérdida de hábitat, el cambio climático o las especies invasoras; pero hemos de ser conscientes de que el tráfico de especies es una amenaza al mismo nivel, algo que está pasando aquí y ahora, y causando una extinción masiva», remarcó la colombiana Patricia Zurita, directora de BirdLife Internacional.
Más allá de cuernos de rinoceronte
Pese a que la imagen del comercio ilegal de vida silvestre se asocia a los cuernos de rinoceronte y colmillos de elefante, la piel de tigre o de cebra, o las aletas de tiburón, Zurita alerta de que hay miles de especies de aves afectadas por «este tráfico criminal masivo».
Cita, por ejemplo, como las mafias están acabando con los buitres en países africanos, principalmente en Nigeria, Botsuana o Sudáfrica: «Al tratarse de aves con una visión increíble, la gente cree que pueden ver el futuro», relata.
«Las calles de Johannesburgo (Sudáfrica) están llenas de quioscos donde se venden partes del cuerpo de los buitres, especialmente el cerebro, para fumarlas antes de jugar a la lotería. Hemos llegado a documentar hasta 150 matanzas de buitres al día para este tipo de prácticas», asegura Zurita.
Las aves exóticas están también en ojo del huracán de las mafias, que las venden como mascotas. Una de las que está en serio peligro por esta práctica es el loro gris del oeste de África.
No obstante, el animal más afectado por el tráfico de especies es el pangolín, con más de un millón de ejemplares cazados ilegalmente en la última década, sobre todo en países africanos y China, para usar su carne, su sangre y sus escamas (muy apreciadas en la medicina china), explica Raúl Arce-Contreras, portavoz de Humane Society International.
Previsiblemente, el Congreso Mundial de la Naturalezaaprobará una moción para promover estrictas medidas de protección para las ocho especies de pangolín.
Fuente y fotografía: ABC