La organización ecologista Greenpeace ha elaborado un estudio independiente para conocer los hábitos del consumidor de productos pesqueros en España. Las encuestas se realizaron a una muestra representativa de la población española y en ningún momento se indicaba que el estudio había sido encargado por Greenpeace.
De la encuesta elaborada se extrae que el 72% delos consumidores estaría dispuesto a reducir su consumo de pescado o modificar sus hábitos de consumo (elegir especies menos explotadas, pescadas con métodos de bajo impacto o buscar la temporalidad). Estas medidas contribuirían a apoyar a quienes pescan con menos impacto en el medio marino y mantienen el tejido socioeconómico de muchas comunidades costeras.
El 61% de los encuestados estaría dispuesto a pagar más por consumir un producto de pesca sostenible (el 51% del total de los encuestados de un 5 a un 10% adicional y el 10% pagaría hasta un 20% adicional o incluso más).
El estudio también demuestra que la información sobre sostenibilidad en la etiqueta importa a los consumidores, ya que los encuestados le dieron una media de 8 sobre 10 a su importancia en la que se incluyes datos sobre si el producto ha sido pescado con métodos de bajo impacto, que no sean especies excesivamente explotadas o que procedan del caladero nacional.
En diciembre de 2014 entró en vigor una nueva normativa de etiquetado en la UE que obliga a que aparezca en los productos frescos y congelados información sobre cómo ha sido pescado (el tipo de método de pesca), y dónde se ha pescado. Esta información es básica para poder hacer una compra más sostenible. Por ejemplo, para elegir un pescado, que aunque sea de temporada y cercanía, no provenga de artes destructivas como el arrastre. O para no confundir el puerto de desembarco con la zona de pesca y así, que no pensemos que estamos comprando un producto del caladero nacional sólo porque se ha desembarcado en un puerto cercano aunque haya sido pescado lejos.
Fuente: Greenpeace