El agua experimentó una historia larga y variada en el cráter Gale, cercano al ecuador de Marte. «Múltiples generaciones de fluidos, cada uno con una química única, debieron de estar presentes, según se infiere del actual registro rocoso», sostiene Ashwin Vasavada, científico del Jet Propulsion Laboratory de la NASA.
Los científicos han utilizado el rover Curiosity para explorar la bahía Yellowknife, situada en el cráter Gale, y han concluido que las vetas minerales presentes en esta formación geológica se formaron por la evaporación de antiguos lagos, según explica la Universidad de Leicester en un comunicado. El estudio, en el que participa dicha universidad, ha sido publicado en Meteoritics & Planetary Science.
Hubo un tiempo en que el agua se extendió por el cráter Gale. «El sabor de esta agua subterránea marciana debió de ser bastante desagradable, con un contenido de sulfato y sodio ¡unas veinte veces superior al del agua mineral embotellada!«, asegura John Bridges, de la Universidad de Leicester. «Sin embargo, y como concluye la doctora Susanne Schwenzer, a algunos microbios de la Tierra les gustan los fluidos ricos en azufre y hierro porque pueden utilizar estos dos elementos para obtener energía. Por tanto, el tema del sabor del agua es una noticia realmente emocionante en lo que respecta a la habitabilidad en el cráter Gale», añade.
Las vetas minerales que hoy se observan en el cráter Gale eran vías de aguas subterráneas en rocas de lutita, de tipo sedimentario. El estudio sugiere que las vetas minerales se formaron cuando los sedimentos del antiguo lago quedaron enterrados, calentados a unos 50 °C y corroídos. Por tanto, la evaporación de antiguos lagos en la bahía Yellowknife probablemente ocasionó la formación de depósitos o sedimentos ricos en sílice y en sulfatos. La posterior disolución de estos depósitos por las aguas subterráneas produjo la formación de vetas de sulfatos puros en la bahía Yellowknife. Las lutitas con vetas de sulfatos que hay dentro del cráter Gale también se encuentran, con una composición similar, en las rocas de la bahía de Watchet, en North Devon, al suroeste de Inglaterra.
Fuente y fotografía: National Geographic