En las 110 millones de hectáreas del Amazonas viven unos 430.000 personas, integrantes de 170 pueblos indígenas. Un crisol de etnias y razas que sufren, desde hace siglos, con la deforestación y la pérdida de tierras en su hábitat. Y para colmo, los efectos del cambio climático los castigan con sequías cada vez más fuertes y duraderas e inundaciones que arrasan con sus cultivos. Ahí radica el origen y objetivo de la app SOMAI.
Si bien los efectos del cambio climático se pueden predecir, uno de los problemas es que estos pueblos no tenían acceso a esta información. Esto puede cambiar gracias a una aplicación que ha desarrollado la plataforma SOMAI Alerta Indígena de Brasil, que permite que los usuarios puedan ver con una gran certeza los efectos del cambio, y anticiparse para programar sus cosechas.
Una app para los pueblos olvidados
Esta iniciativa fue una de las dos galardonadas con el premio Desafío de Impacto Social Google 2016, que le otorga 1,5 millones de reales brasileños (410.000 euros) para poder desarrollarla y difundirla.
“La información no llega a todos los brasileños de igual forma, como sucede con los indígenas. Este premio permitirá acceder a este público, así como a muchos otros grupos discriminados, para que tengan acceso a los datos fundamentales para el desarrollo de sus vidas”, dice Paulo Moutinho, investigador senior de IPAM (Instituto de Investigación Ambiental del Amazonas), el organismo que ha creado esta app.
Así funciona la app amazónica
Esta aplicación cuenta con los datos del SOMAI (Sistema de Observación y Monitoreo de la Amazonia Indígena), una plataforma on line que dispone de informaciones actualizadas sobre más de 380 tierras indígenas esparcidas por el gigantesco territorio amazónico.
Con un sistema sencillo de navegación, se pueden ver cuáles son los territorios protegidos, su población, y las amenazas que sufren, como la desforestación, la desertificación y los riesgos de inundaciones.
La idea de la aplicación es desarrollar un Alerta de Clima Indígena, con alertas constantes sobre lluvias o sequías severas, para que los pueblos indígenas puedan programar sus cultivos con suficiente anticipación, o que también puedan estar prevenidos ante el riesgo de incendios cuando hay escasez de precipitaciones.
Mezclar conocimiento tradicional y científico
El objetivo final, sin embargo, va más allá, y es establecer un mecanismo de feedback, en la que los indígenas podrán aportar información de sus propias tierras, e incrementar el nutrido banco de datos del SOMAI, y así se puede tener una mayor precisión en el campo de los factores climáticos. Es una mezcla entre el conocimiento tradicional y el científico.
Además, si bien la deforestación es controlada por satélites, los pueblos indígenas también pueden denunciar rápidamente cuando detecten quenuevas parcelas han sido taladas en forma ilegal para la agricultura intensiva.
“Los indígenas cumplen con un papel esencial en la conservación de la floresta amazónica, y de esta manera, contribuyen a mantener un ecosistema equilibrado”, señala Fernanda Bortolotto, coordinadora de asuntos indígenas del IPAM. Justamente, en las tierras que pertenecen a las tribus se encuentra el 20% de la diversidad biológica del planeta, y se preserva una quinta parte de las reservas de agua dulce del planeta.
Modelos climáticos al servicio del Amazonas
La herramienta del SOMAI fue lanzada en el 2014, y puede realizar proyecciones hasta el año 2050. Para poder extraer sus análisis, utiliza los patrones de 17 modelos de cambio climáticos del IPCC (Panel Intergubernamental de Cambio Climático), con la información recolectada entre el 2000 y el 2014. Además, cuenta con el apoyo financiero de la embajada de Noruega y USAID, el organismo del gobierno Estados Unidos de ayuda internacional.
Si bien por ahora el proyecto se limita a la Amazonia brasilera (lo cual no es poco), en el IPAM se trabaja para que en un futuro cercano se extienda esta herramienta a los demás países amazónicos, como Perú, Colombia, Ecuador y Venezuela, entre otros; y que también pueda predecir todos los climas de Brasil, que van desde el subtropical en el sur al semi árido en el nordeste o el tropical de altitud en los estados de San Pablo y Minas Gerais.
Fuente y fotografía: La Vanguardia