Las impresoras 3D, los coches hiperconectados, el Internet de las Cosas o las smart cities son conceptos que parecían del futuro pero que ya son un presente y se están desarrollando en Andalucía en pleno entorno hostil de la crisis. El presidente de Eticom insiste en hacerlo visible.
Tras 15 años de existencia, Eticom acaba de abordar un enorme cambio de enfoque y filosofía. ¿En qué consiste?
Desde el pasado 21 de enero, Eticom pasa a convertirse en el Cluster de Economía Digital de Andalucía, incorporando entre otras instituciones a la Fundación Fidesol de Granada. Además, y junto a sus más de 400 empresas, se incorporan a Eticom los Colegios de Ingenieros Superiores de Informática y de Telecomunicaciones de Andalucía, la Asociación de Ingenieros Consultores de Andalucía y los Centro de Innovación Citic de Málaga y Faico de Sevilla. Eticom sigue siendo TICC, pero abre su ámbito a la economía digital, buscando una aproximación más funcional y dinámica con la demanda y ampliando de esa forma el público con el que colaborar desde innumerables perspectivas. Apostamos además por la concentración para que las empresas tecnológicas andaluzas sean más fuertes y eficientes en un mercado global muy competitivo.
¿Qué supone en estos momentos el sector TICC (Tecnologías de la Información, la Comunicación y los Contenidos) en Andalucía?
Andalucía ha sido hasta ahora, tras Madrid y Cataluña, la tercera Comunidad Autónoma TICC en España por el número de empresas, empleados, universitarios, por el volumen de sus exportaciones y, en general, por su gran ecosistema tecnológico público. En total, contamos con 3.780 empresas, 28.124 empleados y una facturación superior a los 7.187 millones de euros. A ello debemos sumar el gran número de emprendedores que van surgiendo con el fenómeno startup, así como el número de empresas cuyo modelo de negocio está sustentado con las citadas nuevas tecnologías habilitadoras de la economía digital. Se trata de un sector puntero que se ha abierto paso en la región a pesar de la crisis.
¿Nos encontramos en una buena situación entonces en este sector?
Podemos decir que Andalucía se ha subido a este tren de la revolución digital con los recursos humanos y tecnológicos suficientes para poder ser una gran protagonista nacional e internacional en los próximos años. Sin embargo, no podemos relajarnos. Existe una gran competencia nacional, europea e internacional frente a Andalucía. De hecho, las estadísticas ya reflejan un preocupante gap digital de occidente frente a las naciones del este asiático, y nosotros corremos el riesgo de que nuestras empresas se vean fagocitadas por multinacionales que vienen de fuera con mayor dimensión. Por eso es tan importante afrontar de manera urgente la transformación digital de Andalucía.
¿Por dónde pasa esa transformación digital?
Desde Eticom creemos que la transformación digital de Andalucía debe llevarse a cabo con tres objetivos fundamentales: la inclusión digital de todos los ciudadanos andaluces, la solución de los problemas estructurales que tradicionalmente han sido una rémora para nuestra economía y sociedad, y la mejora de la competitividad en nuestro entorno nacional e internacional. Para ello abogamos por dar carácter prioritario y potenciar a nuestro sector TICC.
¿En qué sentido?
Si Andalucía quiere liderar la transformación digital en España necesitará obligatoriamente contar con un sector digital propio sólidamente asentado en las nuevas tecnologías habilitadoras, con el que respaldar y garantizar este cambio histórico. Un reto que desde Eticom asumimos con gran entusiasmo y nuevos proyectos para conseguir la rápida transformación digital de la sociedad, la Administración Pública y las empresas de Andalucía, en colaboración con los Colegios Profesionales, Centro de Investigación y las Universidades andaluzas, así como con la Red OTRI (Oficina de Transferencia de Resultado de Investigación) andaluza, que acerca el mundo de la investigación y las nuevas tecnologías desarrolladas en las Universidades a las empresas del sector.
¿Pero en qué consiste la Economía Digital? ¿Es un sector concreto o es ya una política transversal?
La Economía Digital, y por extensión la Sociedad Digital, es el proceso de transformación económica, social y tecnológica más importante que se ha generado en la humanidad en los últimos 300 años y, hoy día, el driver más importante de innovación, competitividad y crecimiento en el mundo. Andalucía no puede estar al margen de esta tendencia global. Muy al contrario, debe liderar este proceso como medio para impulsar un nuevo marco generador de empleo y riqueza para todos. Según la Comisión Europea, hoy supone ya algo más del 8 por ciento del PIB del G-20, dando lugar a un importante crecimiento económico y de creación de empleo. Se estima que sólo desde la perspectiva del empleo podrían crearse en Europa más de millón y medio de puestos de trabajo si se aplicasen políticas similares a las de Estados Unidos.
¿En qué se basa esa nueva economía?
La Economía Digital se basa en el uso masivo de Internet a través de las diferentes tecnologías habilitadoras como Internet de la Cosas, big data, análisis predictivo, business social, aplicaciones app y toda una amplia gama de plataformas tecnologías de valor para los negocios y el comercio electrónico. Utilizando estas tecnologías, se genera una nueva forma de hacer negocios y de relacionarnos económicamente, construyéndose a partir de la agregación de servicios y contenidos digitales, potencialmente aplicables a la práctica totalidad de los sectores.
¿Y Andalucía está preparada para este salto?
Debe estarlo. Esta nueva economía se caracteriza por abrir una brecha rupturista e insalvable con el ecosistema económico y social tradicional anterior. Es por eso que las empresas y el sector público están en estos momentos focalizados en hacer la adaptación o transformación digital lo más rápidamente posible. Quizás uno de los efectos más importantes de la nueva Economía y Sociedad Digital es el de otorgar un nuevo estatus digital a las personas y organizaciones. Esto que los anglosajones han definido como nuevo empoderamiento y que tiene una profunda incidencia en la empresa, en la prestación de los servicios públicos o incluso en la misma política. Esto significa que las nuevas herramientas digitales otorgan a las personas nuevas capacidades con las que desarrollar a su vez nuevas funciones en la sociedad. Así, por ejemplo, el enfermo que posee la tecnología suficiente para poder controlarse personalmente desde su propia casa, comienza a ser para el sistema sanitario, además de enfermo, un miembro más del equipo sanitario, con lo que ello conlleva de eficiencia y ahorro del servicio público prestado.
Habla de cosas que parecen del futuro pero ya son un presente. ¿Nos estamos formando para ese gran cambio?
Estamos en ello y creo que el potencial de Andalucía se mide por nuestro prestigio en el sector de las nuevas tecnologías. De hecho, desgraciadamente muchos de nuestros profesionales trabajan fuera de nuestras fronteras, en empresas de todo el mundo. Por ejemplo, Andalucía es líder mundial en la gestión del agua, y se está usando tecnología punta en la sensorización, medición y agua. Eso hay que darlo a conocer.
Sin embargo, nuestras empresas tienen muy pequeña dimensión…
Ese es uno de nuestros puntos débiles. La crisis ha provocado una atomización del sector muy importante y necesitamos ganar tamaño. Por eso, desde Eticom queremos contribuir a agrupar al sector y nos hemos empeñado en la creación de consorcios como fórmula para atraer a todos los participantes para trabajar conjuntamente.
La Junta lleva años hablando de un nuevo modelo productivo en el que basar la economía andaluza tras la crisis y este sector será uno de los fundamentales, ¿no?
El proceso de salida de la crisis y la consiguiente recuperación económica pasa por el uso de las nuevas tecnologías y la aplicación de los nuevos modelos de negocio -donde tecnología y negocio son una misma cosa-. La contribución de las TICC a la productividad de las empresas y a la sostenibilidad de la Administración pública se estima en un abanico desde el 15 hasta el 50 por ciento.
Hace ya más de 20 años el presidente José Rodríguez de la Borbolla hablaba de crear en Andalucía la ?California de Europa??
Andalucía tiene muchas ventajas competitivas que la hacen especialmente atractiva para la inversión, y sabemos que hay multinacionales que valoran su instalación aquí debido a nuestra calidad de vida y nuestras infraestructuras. Vivimos en un mundo global y es lo más normal que empresas extranjeras se instalen aquí al igual que las empresas andaluzas se instalan fuera. De hecho, nosotros estamos apostando por la internacionalización de nuestros sector y hemos puesto en marcha un proyecto en Colombia.
¿En qué consiste ese proyecto en Colombia? ¿Por qué allí?
Hemos creado una delegación de Eticom donde 9 empresas andaluzas, entre ellas dos multinacionales, están generando un puente de negocio muy importante. Se trata de un país en expansión, con una seguridad jurídica ya importante y con una demanda de proyectos especialmente interesante para nosotros. Creeemos que es un proyecto innovador que nos va a dar grandes satisfacciones.
Volviendo a la concentración del sector, ¿es necesaria la puesta en marcha de más parques tecnológicos en Andalucía?
No es necesario. El mundo está cambiando tanto que hasta los parques tecnológicos tradicionales son menos atractivos que antes. Muchas empresas buscan su ubicación idónea en función de otros parámetros. Por ejemplo, el Internet de las Cosas o el cloud computing introducen una dinámica en la que ya no es tan importante el sitio, sino el entorno. Influye más el acomodo personal o familiar que el despacho en un edificio de cristal y acero inoxidable.
¿Las Administraciones Públicas están preparadas para este cambio? ¿Están a la vanguardia?
Las Administraciones Públicas suelen ir siempre a remolque de la sociedad y de la iniciativa privada. En el caso de la Junta, hemos de reconocer que vemos muy buena disposición a impulsar este sector. Necesitamos canalizar esa actitud en proyectos concretos que movilicen al sector. Algunas capitales andaluzas están avanzando hacia algunos modelos de ?smart city?.
¿En qué van a consistir?
Eticom está colaborando para establecer con la Junta un objetivo conjunto de las smart cities. Eso supone crear un escenario inteligente para la administración de las ciudades. La Junta está interesada en una estandarización de las smart cities y que cada ciudad no vaya por su lado, porque eso será más caro y más complejo.
Gobierno y Junta han enterrado el hacha de guerra permanente para poner en marcha en Cádiz una Iniciativa Territorial Integrada (ITI), que supondrá una inversión de 1.300 milones hasta 2020. ¿Qué esperan de ello?
Desde Eticom vamos a trabajar junto a la Diputación de Cádiz para aflorar nuevas empresas y que el tejido empresarial gaditano sea el principal beneficiario de estas ayudas. Eso va a generar un valor añadido muy importante en mano de obra o en patentes de todo lo que se ponga en marcha. Creemos que la ITI es una magnífica herramienta pública y una gran oportunidad para una zona atrasada y con una enorme tasa de paro, que puede encontrar en esta iniciativa un revulsivo para afrontar el futuro desde una perspectiva digital y sostenible.
Un pequeño empresario que lleva diez años renovándose y ve que sus equipos se le quedan obsoletos cada año y en plena crisis, ¿no puede llegar a saturarse de esta permanente revolución?
Hace diez años la informatización de la empresa era muy costosa, pero hoy ya no. El cloud computing ha introducido un modelo de pago por uso mucho más competitivo y mucho más ajustado a sus necesidades. Hoy en día se ha democratizado la tecnología. Las herramientas que se ponen a su disposición suponen mucho más que el coste de su adaptación. La única dificultad puede ser saber qué debo utilizar para mi empresa, pero para eso hay profesionales que pueden asesorar a las empresas en cada caso.
Fuente y fotografía: El Economista