Los españoles Marta Miguel y David Hernández, que desaparecieron hace once días cuando navegaban en aguas del norte de la isla de Borneo, llegaron hoy a Kota Kinabalu, en Malasia, donde les esperaban varios familiares. Allí, han podido contar el final de la historia de su desaparición con todos los detalles e interrogantes que aún pesan. Un relato que bien podría ser el de Tom Hanks en la película ‘El náufrago’. Allí les esperaban la hermana de Marta, Laura, su tío, Miguel Ángel, y la madre y el hermano de David. Es el punto final de este mal sueño de primavera.
Con barba poblada y camiseta roja, Hernández con una amplia sonrisa bajó las escaleras de la aeronave y entre sollozos se abrazó con una familiar. Tanto él como Miguel, quien también mostraba su felicidad, se encuentran en aparente buen estado de salud a falta de lo que señalen las pruebas médicas. A su llegada, ambos han contado nunca perdieron la esperanza de ser rescatados. «Siempre hemos tenido esperanza. En ningún momento pensamos que era el final«, dijo Miguel.
“No sabemos físicamente cómo están, no tenemos ninguna imagen de ellos”, explicaba Luis Miguel, el padre de Marta, en conversación con El Confidencial. “Nos imaginamos que tendrán quemaduras y que estarán deshidratados, pero cuando Marta ha hablado con su hermana lo ha hecho con una voz enérgica y no de agotamiento”, relata.
La opción del transporte en avión hasta Kota Kinabalu se había tomado después de constatar que la pareja ha viajado a la deriva más de 1.000 millas y necesitaban urgente reposo. En un primer momento, se barajó la idea de recogerles con una fragata, pero el traslado habría sido otro largo viaje de unas 10 horas.
«Sabemos pocos detalles”, explica Luis, que todavía no ha podido hablar con su hija. “Han estado en alta mar ocho días consecutivos sin comida y bebiendo agua de mar filtrada con una bolsa de plástico. También, a base de fuerza mental. Es un milagro. Marta y David tienen conocimientos de supervivencia y esto les ha ayudado”, añade. Este viernes serán evaluados en un centro médico y, en función de su estado, se analizará si regresan a España o permanecen más tiempo en observación.
El que peor está, según parece, es Tommy Lam, el dueño chino del resort en el que trabajaba la pareja española. «Nos han contado que David ha estado ayudándole mucho porque perdía el conocimiento y se encontraba muy mal”. Luis recibió este jueves la confirmación del hallazgo de su hija a través de la embajada española. En seguida, la noticia corrió como una explosión de alegría incontrolada entre todos los familiares y allegados de la pareja, tal y como adelantó El Confidencial en primicia. La felicidad será completa en cuanto Laura, Miguel Ángel y el resto de los familiares que les esperan en Kota Kinabalu se fundan con ellos en ese largamente esperado abrazo.