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Las 10 super mamás del reino animal

Las mamás elefantes ocupan el primer puesto por que son las que tras 22 meses de gestación dan a luz a las crías más grandes en la superficie terrestre, ya que un bebé elefante puede pesar entre 90 y 115 kilos. Una vez que nacen los pequeños todas las hembras de la manada se comportan como auténticas niñeras y son las responsables de su supervivencia especialmente en estado salvaje, aunque entre la madre y su bebé existe una relación de afecto y dependencia muy fuerte.

Los suricatos

Estos animalitos viven en grupos de alrededor de 20 miembros aunque solamente una de las hembras (la que compone la pareja Alfa) es la que se reproduce cada año, dando a luz camadas de 2 a 5 individuos. El grupo se encarga de vigilar a los bebés con gran celo, pero lo asombroso es que tanto tías como hermanas son capaces de amamantar a los pequeños mientras la madre sale a alimentarse y que entre todos les enseñan a los jóvenes las habilidades necesarias para sobrevivir en el desierto de Kalahari.

Los koalas

Los koalas solo se alimentan con las hojas de un tipo de eucalipto que para otros animales resultan altamente venenosas. Esto es posible gracias a que sus estómagos tienen unas bacterias especiales que hacen que la digestión sea segura. Sin embargo, los bebés no están tan bien equipados al nacer, así que las madres se ocupan de masticar sus propias heces y dárselas a sus crías con el fin de que éstas generen poco a poco las defensas necesarias para alimentarse con tranquilidad.

Los osos polares

Las osas polares crían a sus hijos en una temperatura promedio de 4ºC. Cavan un foso subterráneo donde permanecen en un estado similar a la hibernación durante los meses más fríos del invierno y entre noviembre y febrero dan a luz de una a tres crías, que viven de la leche de la madre en la seguridad de la madriguera, mientras ella permanece todo el tiempo en ayunas. Cuando el clima resulta favorable la familia emerge y la madre comienza a cazar focas para enseñar a sus pequeños a proveerse de alimentos y para reponer fuerzas, tras haber pasado hasta 8 meses sin probar bocado.

Los cocodrilos

Las mamás cocodrilo son extremadamente protectoras. Después de crear el nido perfecto amontonando vegetación y cuidarlo mientras los huevos maduran, una vez que estos eclosionan llevan a los recién nacidos en sus mandíbulas hasta el agua donde les enseñan a comer peces, insectos, caracoles y otros crustáceos y los cuidan con  extremada ternura.

Las tijeretas

La madre proporciona a sus huevos el calor necesario y los protege de los depredadores, mientras los limpia uno a uno incansablemente para prevenir la formación de hongos. Durante este tiempo la madre no se alimenta. En el momento en el que se produce la eclosión ayuda a las crías a nacer y luego las protege durante unos meses más hasta que realicen la segunda muda. En ese período la madre solo se alimenta de las cáscaras de los huevos y de las pieles desechadas.

Los orangutanes

Las madres orangután tienen bebés cada ocho años más o menos por una única razón: necesitan estar disponibles para cuidarlos, ya que durante los primeros cuatro meses, el contacto entre la madre y el bebé no se rompe nunca y en el transcurso de los dos primeros años sus hijos son extremadamente dependientes de ellas.

A medida que maduran, los orangutanes siguen estando muy unidos a su mamá, tanto que éstas pueden llegar a amamantarlos hasta los cinco años y los cuidan con mimo hasta los siete u ocho.

Las focas de Groenlandia

Por si no fuera suficiente desafío el tener que criar a sus bebés entre los hielos que están derritiéndose, el lugar donde lo hacen está lleno de osos polares hambrientos. Para evitar que sus crías sean presa fácil cuando recién nacen, las amamantan de forma continua durante dos semanas sin comer nada en absoluto. En este plan, el cachorro gana unos dos kilos y medio por día y la madre pierde casi tres en el mismo período.

Los guepardos

Las hembras de guepardo son solitarias y solo se juntan con los machos para aparearse. Cuando llega el momento se oculta para dar a luz una camada que puede componerse de dos a seis cachorros y como todos los felinos nacen con los ojos cerrados, por lo que el trabajo de madre es mucho más difícil. Ella tiene que enseñarles a cazar presas y a evitar a los depredadores. Esta formación puede tomar cerca de dos años, durante los cuales ella debe cazar para alimentarlos a todos. Una vez que sus hijos son autosuficientes, la madre los deja a su aire y busca un macho para empezar el ciclo otra vez.

Las arañas lobo

Aunque la enorme mayoría de las arañas cuelgan sus huevos en sus propias telas, las madres de la araña lobo hacen un paquete con los suyos, se lo ata a la espalda y los lleva con ella donde sea. Pero una vez que las crías nacen, esta abnegada madre sigue protegiéndoles y acarreando con sus pequeños, hasta que se hacen demasiado grandes y deben buscar su propio camino.

Fuentey fotografía: Econoticias

30 abril, 2016

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