La Comisión de Peticiones del Parlamento Europeo insta al Gobierno español a que utilice las desaladoras que se han construido en la costa mediterránea para paliar la falta de recursos hídricos en las cuentas del Tajo y del Ebro. En un informe rematado el miércoles, este comité —formado por varios europarlamentarios— recuerda que estas infraestructuras fueron financiadas con fondos de la UE y que podrían «mejorar la seguridad de suministro de agua».

Un grupo de 11 parlamentarios europeos visitaron esas cuencas entre el 8 y el 10 del pasado mes de febrero. Lo hicieron para analizar una serie de denuncias sobre el incumplimiento de la normativa comunitaria sobre medioambiente y gestión del Tajo y el Ebro. El reparto del agua de estos dos ríos ha generado en los últimos años una cadena de enfrentamientos entre comunidades autónomas. Para intentar solucionar este conflicto, el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero (PSOE) puso en marcha un programa de construcción de desaladoras, financiadas en gran parte con fondos europeos.

Pero esa red de plantas está infrautilizada. Y una de las razones es que el precio del agua de las desaladoras es más alto, lo que hace que no le salgan las cuentas a los regantes.

En su informe, al que ha tenido acceso EL PAÍS, los europarlamentarios también piden al Gobierno español la revisión del “caudal ecológico para el río Tajo”. Y recuerdan que este “debería ser suficiente para alcanzar el objetivo de un buen estado en el río, permitiendo la suficiente dilución de las aguas residuales tratadas”. El Gobierno de Castilla-La Mancha lleva meses protestando por los trasvases que el Estado está haciendo del Tajo al Segura pese a la poca cantidad de agua que hay en los embalses de la cabecera.

Fuente y fotografía: El País