Lo primero que te pasa estos días cuando sales a la calle es que alguien te dispara a la cabeza. Con precisión y sin el menor asomo de piedad, te disparan. Así que el principal objetivo en Tailandia estos días es hacerse con un buen arma. De repetición a ser posible, para repeler mejor el ataque. Es fácil adquirirla.
Conviene decir en este punto, que se trata de armas un tanto especiales: en vez de balas disparan agua. Que nadie se ría, a pesar de sus inocentes formas y colores de juguete, algunas cargan más de cinco litros y sus disparos superan los 20 metros de distancia.
Hablamos del Songkran, el Año Nuevo tailandés, la mayor festividad del país asiático. Unos días en los que todo el mundo se echa a la calle con un único propósito: echar agua a quien se le ponga por delante. El origen de esta juerga hay que buscarlo en el ritual con el que los mayores recibían a sus hijos y seres queridos en el día de año nuevo. Los más jóvenes vertían agua perfumada en las manos de sus padres y abuelos, como signo de purificación y respeto.
Una cosa buena tiene el Songkran: que se celebra en abril, la época más calurosa del año, y en Bangkok, Krabi y Phuket, por citar tres de los más afamados destinos tai, hace tanto calor que se está deseando mojarse. Aunque hay un problemilla, los tailandeses han afinado tanto esto que en vez de agua perfumada, la que muchos te enchufan está refrigerada y, claro, recibir en el cogote un chorro de agua de menos de 5ºC sin esperárselo, como que te da escalofrío. De eso se trata.
Calendario budista
El Año Nuevo tailandés se rige por el calendario budista que está determinado por los ciclos solares. Asociado al momento en que el sol entra en el signo de Aries, el conocido Mahasongkran, el Ciclo Supremo, se ha fijado entre el 13 y el 15 de Abril. El 13 es el fin de año, el 14 es el día de Año Nuevo y el 15 el día consagrado a Buda.
El Songkran es la auténtica fiesta nacional, entendida como la más importante y la que más se celebra en Tailandia. Considerado uno de los festivales más bullangueros y participativos del mundo, en estas fechas el país entero se pone el traje de agua. A saber, de arriba abajo: camisa de flores, pantalón corto, chanclas y una bolsa impermeable colgada del cuello donde se lleva el carnet de identidad y unos billetes para volver a casa.
Desfiles y montoncitos de arena
Todas las ciudades organizan desfiles con carrozas de fantásticos ornamentos, de elefantes engalanados y filas de personas contrajes tradicionales que marchan ceremoniosos a los templos.
Una ceremonia que tiene gran predicamento es la construcción de pequeños montoncitos de arena en templos y wat. Los tailandeses se afanan en darles forma de pequeñas estupas que alinean en el suelo y coronan con banderitas, flores, piedrecitas e incluso dulces.
Tienen una doble simbología: Representan la suciedad que ha llevado todo el año quien los construye, y es una manera de mostrar la gratitud hacia los mayores y el deseo de tener tanta buena suerte como granos de arena se amontonan en cada estupa. Los montoncitos se levantan en todos los templos.
La locura se llama Silon road
Acabados los desfiles y demás ceremonias, los lugareños de Bangkok solo tienen en la cabeza una idea: bajar cuanto antes aSilon road, la arteria principal de la zona comercial. La calle abovedada se convierte en el templo del agua. Decenas de miles de tailandeses la recorren de punta a punta, mientras se desencadenan las escaramuzas.
En las aceras se montan escenarios donde al ritmo de una música infernal, las bailarinas lanzan agua desde lo alto con poderosas mangueras. Más allá, un gigantesco cubo del tamaño de una piscina oscila varios metros por encima de la concurrencia. Poco a poco acelera su movimiento hasta que vierte los miles de litros de agua que contiene, encima de los ansiosos que esperan debajo. Luego empieza a llenarse para repetir la ceremonia.
Todos disparan contra todos. Al menor chorro, la reacción es inmediata. Aquí no se admiten prisioneros, así que disparas a muerte. A no ser que te hayas quedado sin munición. Entonces corres al barreño más próximo a recargar. La respuesta es siempre la misma. Por mucho que le disparen a quien sea, por mucho que le hayan mojado: solo cabe una sonrisa, o una franca carcajada.
Ah, una cosa que se nos olvidaba: este año en Tailandia se celebra el año nuevo 2559.
Fuente: Ocho leguas