La central de Fukushima ha puesto en marcha un sistema para detener los vertidos de agua contaminada. Se trata de un muro de hielo subterráneo que impedirá que dicha agua llegue al océano Pacífico.
La compañía Tokyo Electric Power, que gestiona la central, ha tardado dos años en sacar adelante el proyecto, cuyo coste asciende a 271 millones de euros.
El sistema, que se compone de tuberías subterráneas, permitirá congelar el subsuelo y crear una barrera física alrededor de las cuatro unidades dañadas por el terremoto y tsunami de hace cinco años.
El objetivo es lograr reducir el volumen de este agua radiactiva que se acumula en los sótanos de las unidades nucleares, donde se filtra después al océano Pacífico.
La primera fase del “muro de hielo” flanqueará la cara de Fukushima Daiichi que da al mar. Más adelante, la barrera helada se extenderá a las zonas norte y sur de las instalaciones nucleares.
Fuente y fotografía: Euronews