Agua en Castilla-La Mancha hace pensar automáticamente en el río Tajo, la gran espina dorsal acuática que recorre la región. Y, sin embargo, existen una multitud de problemas más allá del afluente. Son tales los problemas que adolecen a la comunidad, que Antonio Luengo la califica como una «hídricamente muy maltratada y damnificada». Luengo es el director de la Agencia del Agua de Castilla-La Mancha, y tiene mucho que decir en la celebración de este día.
El lema este año es ‘Agua y empleo’. «La Directiva Marco del Agua dice que se trata de un bien patrimonial, no de mercado, pero no cabe la menor duda de que es un generador de riqueza», afirma Luengo. Y no sólo para cultivos agrícolas o para abastecimiento, sino para muchos otros usos, especialmente en una región como Castilla-La Mancha. El agua siempre ha estado ligada a la civilización, a la riqueza y, en general, a los diferentes sistemas socioeconómicos de las poblaciones. «El agua se puede traducir a una retrospectiva económica para la sociedad que lo utiliza», señala Luengo.
Ante esto, el director señala tres usos que no pueden olvidarse y que, de hecho, deben reforzarse. En este sentido, dejando de lado el 80% que significan el uso agrícola y de abastecimiento, Luengo resume tres factores desde los que se puede promover más empleo. Primero, la depuración. «Con esto generamos una actividad que significan empleo muy técnico, que también se relaciona con una economía sostenible. Es fundamental ir hacia una economía sostenible, para parar el deterioro del medioambiente». Ante esto, añade el sector agropecuario. «La transformación agrícola es imprescindible», afirma.
Finalmente, destaca el denominado ‘empleo-paisaje’, que es un aspecto fundamental para Castilla-La Mancha con ejemplos destacados como las lagunas de Ruidera. «Esta zona tiene un valor medioambiental bestial, pero que también es tiene mucho valor de empleo. La premisa, en este caso, sería la del mantenimiento y el cuidado ‘exquisito’ de los humedales. «Son lugares de desarrollo, importantes para la región».
El Tajo, como paradigma de los problemas hídricos
Sin embargo, no se puede olvidar el Tajo. La última cualificación del río dentro de las Reservas de la Biosfera de la Unesco es para la región un mensaje de futuro. Sin embargo, para que el futuro sea realmente brillante para el Tajo, hay que eliminar dos condicionantes. «Por un lado, la barrera medioambiental que es el trasvase, que ha generado una importante quiebra en la sostenibilidad medioambiental del río», afirma Luengo. Por otro lado, se encuentra, una vez más, la depuración de las aguas.
«Pensamos que es un tema de perspectiva de futuro», señala el director, que debe puntualiza que todavía queda mucho por hacer tanto en Castilla-La Mancha como en Madrid para eliminar las aguas residuales tan sucias. «Como problema el trasvase es el más atractivo. Es el paradigma, porque se nos hurta un río», señala. Se usan así palabras como el de colonialismo hídrico.
Sin embargo, en la región existen más afluentes que tienen una situación que roza lo dramático. Entre ellos, el Júcar, otro río que se «hurta» a la región, a través de una «pretendida norma legal» como es la demarcación que se ha recurrido ante el Tribunal Constitucional. La situación del río Segura es también «dramática» para Castila-La Mancha, en palabras de Luengo, ya que la región no participa apenas en el trasvase, y tampoco recibe inversiones. «Se están hurtando posibilidades y, además, se impide el desarrollo. Todo el agua va en función de lo que necesita Murcia», critica el director.
La cabecera del Tajo, en una situación que roza lo «irreversible»
Francisco Torrecillas es el alcalde de Sacedón, y también presidente de la Asociación de Municipios Ribereños de Entrepeñas y Buendía. El edil señala que las consecuencias económicas «por culpa del trasvase» son «terribles», en especial por la pérdida de población que se ha llegado a cifrar en decenas de miles de personas en los últimos años por la Agencia del Agua. «Estamos en una situación que no es irreversible del todo, pero que se acerca mucho», afirma el alcalde.
«Nadie puede más», sentencia Torrecillas, quien ha hecho un llamado al «sentido común» del Gobierno nacional para parar la infraestructura del trasvase y volver a dar oportunidades a la veintena de municipios de la zona. «Si no para el trasvase, la comarca ribereña está muerta. Llevamos 36 años sufriendo los problemas que nos ha traído, y la incertidumbre que nos ha generado», afirma el socialista. En este sentido, señala que la gente no quiere invertir ni visitar, debido a que no hay certeza de prácticamente nada. «Lo que únicamente puede poner remedio a esto es cambiar la normativa y quitar el trasvase. Sino, los pueblos terminarán muriendo seguro», concluye.
En el día del agua, el mensaje que envía en nombre de los municipios ribereños es el del «sentido común». «Es muy simple, sin el trasvase se solucionan los problemas del Tajo y del Segura», afirma Torrecillas, quien recuerda que para Levante las desaladoras son cada vez más accesibles y más baratas. «Un poco más de sentido común al Gobierno central, para que ponga en marcha la generación de recursos en la propia cuenca. No es necesario esquilmar una zona para enriquecer otra», concluye.
Fuente y fotografía: El Diario