El agua es fuente de vida. Su acceso es un derecho humano, según la ONU. Su abundancia es riqueza, su escasez genera conflictos. Su despilfarro y la contaminación pueden amenazar la salud de las personas, la economía de regiones enteras, la supervivencia de ecosistemas.
Este martes se celebra el Día Mundial del Agua. Hacemos un recorrido por los lugares en España en donde este precioso líquido marca especialmente el devenir de sus habitantes.
ABUNDANCIA: GRAZALEMA (CÁDIZ)
Cuando uno imagina una zona húmeda en España, es inevitable pensar en la cornisa cantábrica. Galicia, Asturias, Cantabria, País Vasco… son comunidades verdes por la abundancia de las precipitaciones. Pero existe un enclave en el árido sur peninsular que, tradicionalmente, se considera como el lugar en donde más llueve del país: Grazalema, en la provincia de Cádiz.
«Siempre se ha dicho que existe una pugna entre Grazalema y muchos municipios del norte de España», reconoce a EL ESPAÑOL el alcalde, Carlos Javier García Ramírez (PSOE), que define la relación de su pueblo con el agua de «estoica»: «Llueve mucho». «Lo que pasa es que que tenemos lluvias quizá no tan regulares como en Galicia, por ejemplo, pero muy abundantes: hay días que se han llegado a registrar hasta 300 litros por metro cuadrado, cuando llueve lo hace a cántaros». «Eso sí», puntualiza García, «la gente mayor recuerda que la lluvia caía antes más a menudo, era más regular».
Grazalema se lo debe casi todo al agua. Su economía se basa sobre todo en el turismo, por su privilegiado paisaje -destaca la Sierra del Pinar, el primer parque natural de Andalucía, y su importante bosque de pinsapos- al pie de la sierra del mismo nombre, y a 800 metros de altitud sobre el nivel del mar, que queda a tan solo 80 kilómetros. El agua también tiene que ver con la calidad de la lana de las ovejas merinas, origen de las famosas mantas de esta localidad gaditana.
Pero lo que el agua te da, te lo puede quitar. «Hasta hace escasamente una década, Grazalema no era capaz de aprovechar realmente toda esta agua, hasta que se construyó una presa que abastece ahora a otros pueblos también», comenta el alcalde, que recuerda algunos problemas derivados de tanta agua sobre su pueblo: en los años 60 llegaron a caer 2.000 litros en dos meses, reventaron muchas canalizaciones y se llegó a inundar la calle principal y la plaza.
ESCASEZ: PUERTO LUMBRERAS (MURCIA)
El Valle del Guadalentín, en Murcia, se extiende al sur de capital de la región en la llamada depresión prelitoral murciana. El caudal del río que da el nombre a la zona varía desde la sequedad más extrema hasta espectaculares crecidas cuando se dan lluvias torrenciales, pocas pero a veces devastadoras. Esta zona es una de las más secas de España. Y precisamente en sequía el municipio de Puerto Lumbreras se lleva la palma, al menos en los últimos años.
María Ángeles Túnez (PP) es la alcaldesa de este municipio. Confiesa que durante estas fechas, que coinciden con la Semana Santa, miran al cielo y esperan que llueva, pero a partir del domingo que viene. «Que venga la lluvia pero de forma ordenada, no torrencial», suspira la regidora, que tiene un recuerdo para las cuatro víctimas mortales por las violentas inundaciones de 2012.
Puerto Lumbreras es un municipio cuya principal actividad económica -casi el 60%, según su regidora- es la agrícola y ganadera. No tiene dotación del trasvase Tajo-Segura, «pese a que la infraestructura del trasvase atraviesa el municipio», recuerda Túnez, que apunta que el único recurso hídrico tradicional ha sido el agua que se extrae de los pozos, algunos de más de 400 metros de profundidad. «Por tanto, reivindicamos la solidaridad entre cuencas, la trasferencia de recursos hídricos de donde sobra a donde falta, a donde no hay», afirma.
El agua aquí es un asunto central en la vida política y social. «La falta de agua, por supuesto, es un tema nuclear aquí, siempre tenemos que estar trabajando de la mano de la comunidad de regantes del municipio, de los agricultores y los ganaderos, para explorar cualquier posible solución que palíe esta escasez», dice Túnez, que asegura que el equipo de gobierno «siempre estará al lado de ellos». La regidora recuerda que el primer expediente que abordó recién elegida alcaldesa fue, precisamente, la llegada del agua del río Negratín (dependiente de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir), un valioso hectómetro cúbico que Túnez considera una «reivindicación histórica».
¿Qué más se puede hacer para apagar la sed de este valle murciano? Para María Ángeles Túnez, la solución pasa por modernizar los regadíos, la llegada del agua de la desaladora de agua de Águilas [«la infraestructura está finalizada», recuerda la alcaldesa] y la trasferencia de agua del río Negratín, además de diferentes labores de concienciación para enseñar a los ciudadanos, especialmente a los niños, la importancia del ahorro y buen uso de este preciado líquido. «En épocas más difíciles de sequía, existen medidas excepcionales como la apertura de los pozos de sequía para poder suministrar agua a los regantes», afirma Túnez.Para ella, la solución a la sequía es una mezcla, un equilibrio, de todo lo anterior.
CALIDAD: BURGOS
De los grandes municipios españoles, Burgos tiene fama de tener el agua del grifo con mayor calidad del país. Con permiso de Madrid, que también presume de las bondades de sus caños. Hace dos años, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) presentaba un informe tras analizar agua de más de 60 ciudades españolas. En general, y según los datos publicados, la calidad del agua que consumimos en casa es buena o muy buena en el 89% de los municipios evaluados. Pero en primer lugar aparecía, precisamente, Burgos. Desde la OCU puntualizan que los datos son de 2014 y pueden variar con el tiempo. Pero desde el ayuntamiento burgalés sacan pecho, orgullosos.
Javier Lacalle (PP), orgulloso alcalde de esta ciudad castellana, comenta a EL ESPAÑOL que «es una satisfacción» aparecer en una lista en donde se destaca el agua de su ciudad con la mejor de España. «Hay dos factores que pueden explicar esto: por un lado, el origen mismo de la materia prima, tenemos un agua que viene de la Sierra de la Demanda y recogen dos pantanos cerca de la ciudad», explica Lacalle, que añade: «Por otro lado, el tratamiento del agua es también importante, existe una potabilizadora en Arlanzón, en donde se realiza un tratamiento muy cuidado a cargo de la sociedad municipal de aguas que completa la calidad del agua, ya de por sí buena».
¿Tiene algo que ver esta alta calidad del agua del grifo con la gestión pública de la misma? Según el alcalde de Burgos, no. «Somos de las pocas ciudades en España que la gestión del agua es aún 100% pública, pero tanto en este caso, como en el caso de que la gestión fuera mixta o incluso privada, en sí mismo no es ni bueno ni malo», sostiene Lacalle, que insiste: «La clave está en la buena calidad inicial del agua y el cuidado en su tratamiento».
Eso sí, el alcalde vuelve a presumir de la bondad del agua del grifo de Burgos -algo a lo que el ciudadano, acostumbrado a ello, no da tanta importancia- y sostiene que «la inversión en agua es fundamental para mantener la calidad, hay que dedicar esfuerzos». «Nuestra ciudad es el sitio de España en donde se está realizando una mayor inversión per cápita en todo el ciclo de agua», afirma Lacalle, que afirma que se han realizado inversiones, gracias a un convenio con el Ministerio de Medio Ambiente, de 100 millones de euros en suministro -nuevos depósitos por valor de casi 30 millones de euros que duplicarán la capacidad de la ciudad- y depuración, con otros 70 millones de euros invertidos.
DETERIORO: SABIÑÁNIGO (HUESCA)
Nos podríamos haber fijado en las aguas aceitosas de cualquier puerto del litoral; en cauces considerados muertos por altísimos niveles de polución, como el río Tinto en Huelva o el Eume, a su paso por As Pontes, en A Coruña. Pero uno de los lugares más contaminados por pesticidas de Europa es el entorno de Sabiñánigo, a los pies de los Pirineos en Huesca. Entre 1975 y 1989, allí se produjeron miles de toneladas de lindano, un pesticida extremadamente tóxico y hoy prohibido, con total ausencia de control medioambiental. Hoy, el río gallego se ve afectado por este contaminante, como se lleva denunciando desde hace años.
El alcalde de Sabiñánigo, Jesús Lasierra (PSOE), se apresura a decir a EL ESPAÑOL que el municipio no tiene problemas de agua porque su suministro proviene de unos seis kilómetros río arriba de los cauces del Gállego y de Aurín. «El problema lo tienen municipios aguas abajo, como en Almudévar, en Villanueva, en Murillo…». En cualquier caso, la fábrica de pesticidas Industrias Químicas del Noroeste (Inquinosa), origen de tanto tóxico y cerrada hace 30 años, aún sigue en pie. Dos vertederos de la localidad recibieron durante años entre 115.000 y 160.000 toneladas de residuos tóxicos de esta compañía. Unos vertederos que, especialmente el de Bailín, pueden verse inundados en una crecida del río y pueden provocar la que sin duda sería una de las mayores catástrofes medioambientales en nuestro país.
«En primer lugar, pedimos un programa para el desmantelamiento de la antigua fábrica Inquinosa», afirma el alcalde, que asegura: «Hace tres años se realizó el traslado de contaminación de uno de los vertederos incontrolados, el de Bailín, a una nueva celda con unos controles para llevar allí los productos tóxicos». El problema, añade Lasierra, es que ese vertedero y el de Sardas llevan 30 años en la localidad y todo ello ha producido filtraciones de productos altamente contaminantes a los subsuelos. Desde el año 2006, el Gobierno de Aragón controla este hecho para poder ir recogiendo posibles vertidos e impedir que lleguen al río.
«Necesitamos que continúen esos controles para evitar que el río, que es uno de nuestros mayores valores, se vea afectado», afirma el alcalde. También pide que se desmantele la antigua factoría de Inquinosa y se descontamine su suelo; que se desmantele el vertedero de Sardas; que se limpien los subsuelos; y que se controlen las aguas superficiales y subterráneas.
«Llevamos décadas conviviendo con este problema», recuerda el regidor, «y no lo debemos esconder, pero tampoco debemos dramatizar; para eso apoyamos al Gobierno de Aragón y reivindicamos también el soporte tanto del Gobierno de España como de la Unión Europea para tratar uno de los suelos más contaminados que existen en Europa». En cualquier caso, este proceso de limpieza y recuperación durará años.
POLÉMICA: SACEDÓN (GUADALAJARA)
De todos los conflictos que genera el agua, quizá el más conocido en España es el que genera el llamado Trasvase Tajo-Segura, una idea que data de 1933 y que hasta 1968 no se hace realidad con la autorización de la construcción de un acueducto, que comienza a funcionar en 1981 tras una importantísima obra de ingeniería que básicamente enlaza el embalse de Bolarque, sobre el río Tajo, con el de Talave, en el río Mundo -afluente del Segura- mediante una conducción de 242 km de longitud.
Francisco Pérez Torrecilla (PSOE) es el alcalde de Sacedón, en Guadalajara, municipio de la cabecera del Tajo. Encabeza desde hace años una fuerte oposición al trasvase, que considera «indiscriminado» y perjudica gravemente al entorno de los municipios ribereños de los embalses de Entrepeñas y Buendía. «Aquí se vive con tal sensación de inseguridad que pararse a pensar en el futuro no tiene sentido para los vecinos de esta comarca», afirma, a través del correo electrónico. «Si el agua es vida, que lo es, podemos pensar con cierta lógica que la falta de agua es falta de vida, y eso es lo que pensamos y sentimos en Sacedón a diario, cuando vemos como el Gobierno del Estado aprueba, uno tras otro, trasvases indiscriminados de agua desde los esquilmados, y ya secos, embalses de la cabecera del Tajo hasta la zona de Levante para crear riqueza allí».
«Es intolerable que se esquilme una comarca en beneficio de otra, por muy productiva que ésta parezca (que en realidad no lo es tanto)», opina Pérez Torrecilla, que recuerda que «la tensión que genera esta injusticia en la comarca es palpable a diario y es el tema de conversación de la mayor parte de los vecinos de forma continuada».
Para el alcalde de Sacedón, la única solución para acabar con la injusticia del trasvase Tajo-Segura es «su cierre definitivo». «No hay nada que mitigue el problema, ni compensaciones económicas, ni inversiones, ni nuevas infraestructuras. El Gobierno del Estado y los regantes del Sindicato Central de Regantes del Acueducto Tajo Segura (SCRATS) tienen que entender de una vez por todas que esta situación es insostenible», afirma. «A estas alturas ya no podemos pensar en cómo mitigar los daños o problemas que causa el trasvase», puntualiza el alcalde, que añade: «En el Levante deben comenzar a hacer sus deberes, deben comenzar a utilizar sus recursos hídricos, que los tienen, y dejar de depender de unos recursos, ya muy escasos, a 400 kilómetros de distancia». «La desalación es el futuro del Levante y ellos saben que es así, aunque no lo quieran aceptar», finaliza.
La otra cara de la moneda la encontramos, naturalmente, al otro lado del trasvase. El presidente del Sindicato Central de Regantes del Acueducto Tajo-Segura (SCRATS), José Manuel Claver, destaca que «el agua es vital es vital para las 140.000 hectáreas del regadío más eficiente de España, que no está subvencionado, que es rentable y abarca las provincias de Murcia, Alicante y Almería; eso sin mencionar el abastecimiento de más de dos millones y medio de personas en las provincias de Alicante y Murcia».
«El planteamiento que tienen desde la cabecera del Tajo es erróneo, desde nuestro punto de vista, ya que allí hoy en día hay aprobado un mínimo de 400 hectómetros cúbicos de agua que es, entendemos, más que suficiente para abastecer a la cabecera en Entrepeñas y Buendía», comenta, y añade: «No es cierto que tengan problemas de abastecimiento, no tiene sentido decir eso, no se puede decir tal mentira, lo que tienen es falta de infraestructura para llevar agua a algunos municipios, como Castellón del Rey (108 habitantes)». «Ése no es un problema achacable al trasvase, ya que hemos pagado -los usuarios de ese agua- cerca de 460 millones de euros por el agua en concepto de uso de infraestructura, y con ese dinero se podrían haber hecho de oro; no sabemos en qué se ha empleado ese dinero», apunta.
Nadie quiere guerra entre los regantes, puntualiza Claver, sino que consideran que tienen un derecho sobre el agua excedentaria. «Ese es nuestro planteamiento», remarca. Y recuerda que el problema de la polémica del trasvase Tajo-Segura es, sencillamente, la utilización política del problema por parte de «todos los gobiernos autonómicos, pero quien pide la derogación de la regulación es siempre Castilla -La Mancha, desde José Bono hasta Emiliano García-Page pasando por María Dolores de Cospedal, quien pese a aprobar el memorándum barría para casa».