El Gobierno de Zaragoza en Común (ZeC) se ha puesto a trabajar en cambiar las condiciones económicas por las que la capital aragonesa bebe agua procedente del pantano de Yesa. Los costes hay que renegociarlos; los proyectos como el recrecimiento, replanteárselos; y las necesidades reales de la capital, revisarlas. Objetivos que supondrán, dicen, ahorro y que ya se han puesto a discutir con la empresa estatal que le cobra: Acuaes.
La semana pasada, sus técnicos estuvieron en la capital aragonesa y ya tienen una primera propuesta en firme sobre reducción de la factura, referida al retraso del propio recrecimiento. Previsto para el 2017 cuando se firmó el convenio que regula los pagos, y ahora alargado hasta el 2019, la ciudad quiere abonar menos y se estima que en tres años puede reducir su factura en 1,4 millones de euros. De 12,7 a abonar en los próximos cuatro años por la amortización de la infraestructura ya construida para traer agua de Yesa, se pasaría a abonar 11,3 si Acuaes acepta.
Es solo uno de los tres conceptos por los que la capital paga cada año más de 5 millones. De hecho, para sentarse a la mesa, ZeC ha tenido que realizar dos modificaciones de crédito para estar al día en el pago, de 2,5 y 2,25 cada una, porque se encontró con que se le adeudaba la última anualidad y que ni siquiera tenía partida consignada en su presupuesto del 2015.
Pero no es la única cuestión a renegociar. El próximo 2 de febrero, el alcalde de Zaragoza, Pedro Santisteve, se entrevistará con el presidente de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), Raimundo Lafuente, para trasladarle su intención de desvincular a la ciudad del recrecimiento de Yesa. Considera que está sobredimensionado con la excusa de que la capital iba a necesitar 113 hectómetros cúbicos al año. Cuando se ideó estaba más cerca de esa cifra, pero hoy está entre los 60 y 65 anuales.
ZeC dice que no necesita recrecer Yesa ni pagar por ello cuando se termine. Lo que sí le urge es una alternativa a La Loteta, que lleva más de 100 millones invertidos y creen que nunca servirá para lo que se pensó, como pieza de regulación. Porque las sales y el terreno ofrecerá siempre peor calidad y filtraciones. Pedirá un emplazamiento alternativo, igualmente próximo.
Fuente y fotografía: El Periódico de Aragón