Europa se enfrenta a nuevos retos a la hora de proteger uno de sus “activos” económicos más valiosos, el Mediterráneo, destaca WWF en MedTRends. El informe, presentado ayer en Madrid por la organización conservacionista, abarca ocho países –Chipre, Croacia, Francia, Italia, Grecia, Malta, Eslovenia y España– y ofrece, por primera vez, una visión global de la situación de las principales actividades económicas que se desarrollan en el Mediterráneo. El informe también profundiza en las previsiones de desarrollo hasta 2030 de estos sectores, que abarcan desde la pesca y la acuicultura al turismo, la búsqueda de hidrocarburos, el tráfico marítimo y las renovables offshore, fundamentalmente la eólica.
Crecimiento azul
El gran desafío para esta cuenca durante los próximos años será el “crecimiento azul”, según han puesto de manifiesto José Luis García Varas, Responsable del Programa Marino de WWF, y Óscar Esparza, coordinador de MedTrends en WWF España. Ambos han recordado que, sin una visión a largo plazo basada en el ecosistema y el desarrollo sostenible, el Mediterráneo no será capaz de seguir sosteniendo la economía y el bienestar de los países europeos de la cuenca. WWF estima que este mar genera valor por 100.000 millones de euros y crea unos 7 millones de empleos.
La organización destaca, asimismo, que las actividades marítimas están creciendo de manera exponencial y se prevé que sigan desarrollándose en los próximos 20 años. Una consecuencia de esta expansión es un aumento de la competencia por los recursos y el espacio, lo que se traducirá en mayor presión sobre un ecosistema ya estresado. De ahí que el trabajo coordinado y planificado a largo plazo en toda la cuenca deba ser una prioridad, subraya la ong. Así, señala que surgirán conflictos por el espacio entre el turismo (el sector más importante para la economía mediterránea, con una previsión de 500 millones de turistas en 2030) y la acuicultura, ya que ambas actividades se desarrollarán en la costa, con los proyectos de exploración de hidrocarburos (como ya ha pasado en Baleares), o entre estos últimos y las energías renovables.
Respecto a los hidrocarburos, los responsables de WWF pusieron el acento en el rápido incremento del sector del petróleo y gas en los últimos años, debido al incremento de la demanda y al desarrollo de nuevas técnicas extractivas. Y puntualizaron que si bien el bajo precio actual del crudo mantiene paralizado el desarrollo de nuevos proyectos, muchos otros siguen en vigor; además, los ahora paralizados podrían ponerse en marcha más adelante. García Vargas y Esparza también destacaron que uno de los principales impactos de la búsqueda de petróleo y gas se produce sobre las pesquerías, sobreexplotadas hasta el punto de que la pesca profesional es el único sector que muestra una tendencia a la baja.
WWF confía en que la COP21 sirva para que el petróleo no extraído se mantenga donde está; es decir, que no se explote. La organización pide, asimismo, que las evaluaciones ambientales no se limiten a cada proyecto, sino que se hagan evaluaciones más amplias, en las que se analicen todos los proyectos para así poder tener en cuenta los impactos acumulados y sinérgicos.
En cuanto a las renovables en el mar, WWF apuesta por su desarrollo pero no a cualquier precio. Pide que se respeten los límites medioambientales y que se permita su implantación solo en aquellas zonas donde se minimice el conflicto con otras actividades.
El papel de la UE
“Si no cambia nada, el desarrollo de las actividades humanas en el Mediterráneo es insostenible a medio plazo. La única manera de asegurarse de que el mar continuará siendo una fuente de riqueza es a través de una gestión integrada del espacio marítimo”, concluyó García Varas. Y esto exige que “las industrias, los gobiernos, la sociedad civil y todas las partes interesadas compartan un enfoque que concilie el crecimiento económico y la gestión de los recursos basada en el buen estado de los ecosistemas”.
En opinión de WWF, la Unión Europea debe desempeñar en todo ello un papel crucial. Las herramientas existen, como la Directiva sobre la ordenación del espacio marino de julio 2014, si bien, en palabras de Esparza “aún queda mucho por hacer. La aplicación de esta Directiva exige una visión compartida y ambiciosa para el futuro del espacio marítimo mediterráneo, teniendo en cuenta diferentes escalas espaciales y contar con la protección y conservación de la biodiversidad y ecosistemas como piedra angular. De lo contrario, será imposible alcanzar los objetivos ambientales fijados por la Comisión Europea, que ya se encuentran en grave riesgo “.
El estudio de WWF se completa con una herramienta online en el que se ofrecen las claves para garantizar el futuro del Mediterráneo. Una de las regiones con mayor diversidad marina del planeta, con unas 17.000 especies habitando en sus aguas.
Fuente y fotografía: Energías Renovables