Santa Cruz de Tenerife experimentará a lo largo de los próximos cuatro años obras hidráulicas por valor de 82 millones de euros. El concejal de Servicios Públicos del Ayuntamiento de Santa Cruz, Dámaso Arteaga, explicó ayer, durante el transcurso de la Comisión de Control, que esta cantidad se alcanza gracias a la reorganización del plan financiero de la Empresa Mixta de Aguas de Santa Cruz de Tenerife (Emmasa) establecida en marzo de este mismo año. De este modo, «Sacyr Vallehermoso deberá invertir 33,97 millones; el Estado aportará otros 33 millones a través de las obras de la depuradora; y el Cabildo de Tenerife destinará otra cantidad hasta alcanzar el total a través del Plan Insular de Cooperación», explicó el edil nacionalista.
En relación a esta última batería de trabajos, el programa establecido contempla intervenciones en la avenida de Venezuela y Príncipes de España, Acorán y otras zonas del Distrito Suroeste, así como los barrancos de Tío Pino y Anaga. En este último distrito destacan los trabajos en San Andrés, Igueste y Taganana. Así, será Emmasa la empresa encargada de las actuaciones en los barrios, mientras Sacyr se centrará en los trabajos más grandes.
Una vez se concluyan todas las intervenciones, «el municipio estará en condiciones de depurar el 100% de sus aguas residuales», aseguró Dámaso Arteaga durante la Comisión de Control. El edil nacionalista añadió que la reciente reorganización del plan de inversiones de Emmasa le concede prioridad a las obras que estén relacionadas con las razones medioambientales o sociales, entre las que figuran las relacionadas con la separación de la red de aguas pluviales.
Durante la Comisión de Control, el concejal de Sí se puede en el Ayuntamiento de Santa Cruz, Pedro Fernández Arcila, denunció que la inversión de más de 33 millones de euros realizada por Sacyr Vallehermoso tendría que ser devuelta por el Ayuntamiento de Santa Cruz. El edil ecosocialista aseguró que esta devolución tenía que realizarse debido a una modificación del convenio entre ambas entidades que fue aprobada en Junta de Gobierno a principios de diciembre. Sin embargo, Dámaso Arteaga especificó que el acuerdo alcanzado con la empresa incluye un sistema de retorno por el que Emmasa se beneficiará de la inversión realizada por Sacyr para la ampliación de la desaladora.
Pluviales
El concejal de Servicios Públicos matizó que, dentro del presupuesto para el próximo año, el Ayuntamiento destinará 250.000 euros para una quincena de acciones que sirvan para mejorar la red de recogida de pluviales, que se unen a las ya culminadas. De todas ellas, destaca la del pasaje Segundo de Álvarez para la realización de un imbornal y una canalización para el vertido de las aguas en el margen del Barranco de Santos. Esta intervención contará con un presupuesto de 7.400 euros.
Asimismo, a lo largo de los últimos meses y en este sentido, el Ayuntamiento realizó un rebaje de la acera de la calle Esther Tellado para que el agua de la lluvia también termine en el Barranco de Santos. El valor de esta obra fue de 7.400 euros. También se invirtieron 12.700 euros en la realización de un imbornal para evitar el estancamiento del agua de lluvia en la calle Gara y Jonay, en el barrio de Las Cabritas. Al mismo tiempo se ejecutaron dos peraltes de asfalto para reconducir el agua de escorrentía hacia el barranquillo situado en uno de los márgenes de la Autopista TF–5.
En la glorieta Arquitecto Marrero Regalado se han instalado dos baterías de imbornales y dos canalizaciones para que el agua de lluvia siga su camino hacia la calle República de Honduras. Así, se persigue evitar el estancamiento del agua de lluvia, las inundaciones y las pérdidas patrimoniales que se producían en el sótano del garaje del edificio Glorieta. Los trabajos ejecutados ascendieron a 16.350 euros.
Por último, en la avenida Andrés Vidal, en el barrio de María Jiménez, se disminuyó la altura de un muro de hormigón en la desembocadura del barranquillo para evitar que el agua alcance la avenida y el edificio de viviendas situado enfrente de la misma. Esta obra tuvo un presupuesto de 1.200 euros.
Fuente: La Opinión