Es excesivamente común encontrarse con personas que caminando en la calle, afuera de un bar o restaurante o manejando en su automóvil, avientan desdeñosamente la colilla de su cigarro al pavimento o a la acera. Es como si esperaran que los desechos de su ansiolítico se desvanecieran al momento de aventarlo habilidosamente de entre sus dedos,…