En la lista de buenos propósitos para el nuevo año que ahora empieza añade uno más: adopta un lobo ibérico. Uno bien salvaje, indómito, agreste, montaraz, zahareño. De pelo hirsuto e impresionantes ojos ambarinos, vivaces, intensos. De mirada tan intensa como aquella que un lejano día le dirigió un perseguido lobo burgalés a Félix Rodríguez de…