El escenario era idílico, un lago azul inundando el cráter de un volcán extinto, pero de repente fue invadido por un asesino invisible. Los habitantes de las orillas del lago Nyos, en el noroeste de Camerún, empezaron a desvanecerse en masa la tarde del jueves 21 de agosto de 1986. Más de 1.700 de ellos…