Se trata de un análisis de la actividad fotosintética de las hojas perenne de pinos, abetos, tejos y cipreses, entre otros ejemplares, mediante imágenes de teledetección obtenidas desde satélites, que permitirá saber la captación de carbono atmosférico, un aspecto que hasta ahora ha sido complicado, según ha informado este martes la UAB en un comunicado.
Los investigadores han hallado que durante los meses más fríos la proporción de clorofila –pigmento que da color verde– se reduce en favor de otros pigmentos, los carotenoides –color rojizo o anaranjado–, y que gracias a este método se podrá detectar la cantidad de uno y otro, registrando los cambios estacionales en la proporción de estos pigmentos.
Estas alteraciones estacionales de los pigmentos coinciden muy bien y siguen el mismo patrón que la tasa fotosintética y por tanto, la producción primaria bruta del ecosistema, es decir, la cantidad total de CO2 fijada mediante la fotosíntesis y así permitirá estimar mejor la cantidad de carbono que los ecosistemas capturan a lo largo del año.
Este nueva práctica, además de tener datos a mayor escala y más constantes, ofrece la posibilidad de proyecciones más ajustadas y modelos más precisos de captaciones de carbono a escala mundial, un avance importante en un contexto en el que el calentamiento global acelera el cambio climático y altera los ciclos y la actividad fotosintética de las plantas.
Fuente y fotografía: La Información