El horario de verano, que se ha aplicado entre marzo y octubre y que concluirá este fin de semana, ha permitido ahorrar energía por valor de 300 millones de euros, o lo equivalente a un 5% del consumo, según cálculos del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), dependiente del Ministerio de Industria, Energía y Turismo.
En una nota, Industria indica que este ahorro procede de iluminación y que, de la cifra total, 90 millones corresponden al potencial de los hogares españoles, lo que supone un ahorro de 6 euros por hogar. Otros 210 millones proceden de los edificios del sector terciario y de la industria. En todo caso, Industria advierte de que estas cifras son potenciales, ya que para alcanzarlas es necesario llevar a cabo un comportamiento racional en el hogar a la hora de prescindir de la iluminación artificial cuando no es necesaria, así como usar tecnologías de ahorro en iluminación por aprovechamiento de la luz natural, en edificios del terciario y en industrias.
El Código Técnico de la Edificación hace ya obligatoria en edificios de nueva construcción la instalación de fotocélulas o sensores de luz que apagan o regulan la iluminación en función de las necesidades. Además, Industria recuerda que el Plan de Acción de la Estrategia de Ahorro y Eficiencia Energética, aprobado por el Gobierno, posibilita ayudas para reformar la iluminación en los edificios del sector terciario. La madrugada del próximo domingo 30 de octubre finalizará el horario de verano. Los relojes deberán retrasarse una hora, de modo que a las 3.00 serán las 2.00, con lo que se dará cumplimiento a la directiva comunitaria sobre la materia.
El ‘Cambio de Hora’ comenzó a generalizarse, aunque de manera desigual, a partir de 1974, cuando se produjo la primera crisis del petróleo y algunos países decidieron adelantar sus relojes para poder aprovechar mejor la luz del sol y consumir así menos electricidad en iluminación. Se aplica como directiva desde 1981 y ha sido renovada sucesivamente cada cuatro años. Desde la aprobación de la Novena Directiva, por el Parlamento Europeo y Consejo de la Unión, en enero de 2001, este cambio se aplica con carácter indefinido. Esta directiva está incorporada al ordenamiento jurídico español por Real decreto 236/2002, de 1 de marzo.
El cambio horario tiene carácter indefinido, al entenderse que «el buen funcionamiento de algunos sectores, no sólo el de los transportes y las comunicaciones, sino también otros ramos de la industria, requiere una programación estable a largo plazo». La Novena Directiva, de obligado cumplimiento para todos los países de la Unión Europea, establece con carácter permanente las fechas de inicio del periodo de la hora de verano, en el que se adelanta el reloj una hora, y su finalización, cuando se retrasa. Los cambios se producen el último domingo del mes de marzo y el último domingo del mes de octubre, respectivamente.
La Novena Directiva, explica Industria, ha sido dictada con vocación de permanencia, de modo que todos los ciudadanos e instituciones, públicas y privadas de la Unión Europea conozcan anticipadamente las fechas del cambio horario anual y planificar su actividad sin necesidad de esperar ninguna norma futura.
Fuente y fotografía: Ecoticias