Representantes de veinticinco países han respaldado la aprobación de una ambiciosa enmienda al Protocolo de Montreal de la Convención de Viena para la Protección de la Capa de Ozono en 2016, como muy tarde cuando las Partes se reúnan en Ruanda en octubre. Se trata de una reducción gradual en el uso de hidrofluorocarbonos (HFC), que son potentes gases de efecto invernadero. El acuerdo llegó durante una reunión recientemente celebrada en la capital de Austria la semana pasada.
Los ministros y representantes de alto nivel de la Coalición del Clima y Aire Limpio (CCAC, por sus siglas en inglés), están convencidos de que «detener el rápido crecimiento de los HFC» y «buscar alternativas» es una de las mejores oportunidades para reducir los contaminantes climáticos de vida corta (SLCP, por sus siglas en inglés), informa el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma) en una nota. Es una forma, también, de contribuir al logro de los objetivos del Acuerdo de París, puntualiza el organismo.
«Una disminución gradual de los HFC bajo el Protocolo de Montreal puede evitar hasta 0,5 grados centígrados de calentamiento global para el cambio de siglo», afirma el comunicado de la CCAC.
«El Protocolo de Montreal es uno de nuestros acuerdos más exitosos y establece el precedente de cómo pueden resolverse los problemas ambientales más serios cuando los países trabajan juntos», afirmó Catalina McKenna, Ministra de Medio Ambiente y Cambio Climático de Canadá.
Aparatos más eficientes
«Si acompañamos la eliminación gradual de los HFC con políticas para promover aparatos súper eficientes podremos duplicar el beneficio climático y al mismo tiempo mejorar la calidad del aire y reforzar la seguridad energética», señaló Hakima El Haite, Ministro de Medio Ambiente y Campeón Climático de Marruecos.
Muchos de los HFC que la enmienda reducirá tienen un potencial de calentamiento atmosférico (PCA) entre cientos y miles de veces más fuerte que el dióxido de carbono (CO2). Optar por tecnologías de refrigeración eficientes y asequibles que utilicen refrigerantes con bajo PCA supone también beneficios adicionales para la mitigación del cambio climático. Por ejemplo, la mejora en un 30% de la eficiencia promedio de los aires acondicionados en el año 2030 podría reducir las emisiones de CO2 hasta en 25 millones de toneladas durante la vida útil de los equipos, asegura el comunicado.
«La capa de ozono está cicatrizando debido en gran parte a las medidas adoptadas en el marco del protocolo. Las mismas partes que han diseñado el Protocolo de Montreal están analizando cómo pueden utilizar esta experiencia y trayectoria de éxito para reducir gradualmente los HFC y proteger el clima», añadió el director ejecutivo del Pnuma, Ibrahim Thiaw.
Fuente y fotografía: ABC