La escasez de agua que cada verano exprime a los habitantes de la Marina regresa este año. Los problemas de potabilidad en varios pueblos de la Vall de Pop comienzan a solucionarse, pero las previsiones no son muy halagüeñas, pues con el estío se incrementa la población y con ella el consumo. De momento, Xaló sólo dispondrá de suministro potable en un 30% de su término y Llíber únicamente en el casco urbano.
Hace un par de meses ambas localidades tuvieron que prohibir el consumo humano del agua corriente debido a la turbidez y al elevado nivel de aluminio. Ahora, una vez cambiada la bomba de extracción por una más pequeña, pero que tendrá que estar en marcha más horas para asumir las nuevas necesidades, la planta potabilizadora de Parcent, que abastece a la Vall de Pop, dispone de mejores caudales.
El agua que trata se mezcla con otros caudales y el resultado presenta niveles de cloruro ligeramente altos, según explicó el concejal de Aguas de Xaló, Gerard Fullana. Este aspecto, unido a la sequía, a unos pozos en situación extrema y al aumento de la población, hacen augurar un verano difícil y la previsión es que no se recobre la normalidad hasta septiembre, una vez pasada la campaña estival.
Desde Llíber y Xaló se solicitó a Calp un trasvase de caudales del pozo Lucifer. Las reuniones entre las partes afectadas ya han comenzado y están dialogando, aunque de momento no se han visto visos de un pronto acuerdo. Gerard Fullana reconoció que las obras de conexión podrían hacerse en un plazo de siete días, pues ya tienen un proyecto preparado en caso de que la corporación calpina aceptase. El coste correría a cargo de las arcas autonómicas. El responsable de Aguas hizo hincapié en el importante esfuerzo inversor que se va a llevar a cabo desde la Diputación Provincial de Alicante y desde el ayuntamiento.
Según apuntó, entre julio y la próxima primavera se destinarán alrededor de 600.000 euros para cambiar la red de conducciones y los contadores. «Es un reto importante y permitirá mejorar de forma notable el rendimiento al reducir las fugas y pérdidas» en el suministro de caudales, subrayó el edil.
Reducción de fugas
En ese sentido, Fullana incidió en la importante labor realizada en el último año, que ha permitido pasar de unas pérdidas de agua que en octubre eran del 75% hasta el 55% alcanzado en abril. La meta que se han fijado es muy ambiciosa, pues quiere que Xaló rebaje esa cifra hasta el 25% en 2017, un porcentaje muy inferior a la media de la comarca de la Marina Alta. La ampliación de la potabilizadora de Parcent, inaugurada en julio del pasado año, está prevista para otoño. Esa actuación podría ayudar a aliviar la situación, pero no se considera como una solución definitiva.
Otra medida para tratar de paliar el problema sería obtener más fuentes de caudales. Xaló prevé la redacción de un proyecto para un nuevo pozo. La semana que viene esperan que los técnicos acudan a estudiar la zona. Pero no estaría listo a corto plazo.
Un proyecto a cinco años vista sería, según Fullana, conectar la planta desalinizadora de Xàbia con la Vall de Pop. Es una ambiciosa iniciativa con un coste cercano a los 20 millones de euros. Eso iría aparejado a la «creación de una comunidad de usuarios» para afrontar el importante coste de las obras, añadió.
De momento, los 2.700 habitantes de Xaló y los 1.100 de Llíber tendrán que extremar la prudencia y el consumo en los dos próximos meses, a la espera de poder recobrar la potabilidad del agua en todo su territorio.
Fuente y fotografía: Las provincias