La Asociación Española de Empresas de Valorización Energética de Residuos Urbanos (AEVERSU) quiso aprovechar la conmemoración del Día Mundial del Medio Ambiente, que tuvo lugar ayer, 5 de junio, para recordar, una vez más, que es precisamente el vertido cero el principal objetivo de la recuperación energética de la fracción no reciclable, sistema ampliamente instaurado en los países europeos más avanzados y comprometidos con el medio ambiente, que son precisamente los que cuentan con altas tasas de reciclaje y bajos niveles de vertido, llegando a alcanzar en algunos casos el 0%.
Distinto escenario es el que define la realidad de España. Con una cota de valorización energética situada en un tímido 12%, el vertido en nuestro país se dispara, según los últimos datos hechos públicos por Eurostat, hasta el 55%. Resulta evidente que la problemática derivada de la elevada producción de basura es una realidad a la que inexcusablemente debemos hacer frente desde la unidad y haciendo uso de todos los instrumentos legales a nuestro alcance.
En este contexto, y partiendo de la premisa de que el mejor residuo es el que no se produce, lo cierto es que, una vez generado, éste debe recibir la mejor gestión posible; una gestión en la que ciudadanos, administración y empresas deben asumir la responsabilidad que les corresponde.
PARTE DE LA SOLUCIÓN
El presidente de AEVERSU, Rafael Guinea, ha manifestado de forma reiterada en distintos foros, eventos y entrevistas, que la valorización energética quiere ser parte de la solución, no del problema, estando orientado el trabajo del sector hacia el vertido técnico cero. Y es que, tal y como asegura, “con el uso prioritario del vertedero, estamos tirando recursos a la basura, y además lo hacemos mientras compramos combustibles fósiles a otros países”. Con ello, y lejos de seguir los postulados de la economía circular, que será la que nos guíe hacia el verdadero desarrollo sostenible, nos anclamos en la economía lineal del usar y tirar, con todos los perjuicios que ésta trae consigo para el medio ambiente, la economía y la sociedad. Reciclaje y valorización energética constituyen procesos complementarios que deben ir de la mano, siendo éstos los auténticos enemigos del vertedero. La aplicación de un canon sobre este último, tal y como se está haciendo en Europa, elimina cualquier atractivo a su utilización.
EL ESPÍRITU DEL MANIFIESTO POR UN VERTIDO CERO
Hace poco más de un año, AEVERSU suscribía en la Casa Encendida de Madrid el Manifiesto por un Vertido Cero de residuos reciclables y valorizables, que contó igualmente con el aval de 17 entidades pertenecientes al sector medioambiental. Su principal objetivo era precisamente promover una sociedad más eficiente en el uso de los recursos y en la gestión sostenible de los residuos, sentando las bases que permitan a España avanzar desde una economía línea (producir, usar y tirar) a una circular en la que los productos sean aprovechados al máximo, reduciendo de esta forma los impactos ambientales.
En el documento se hacía hincapié en la necesidad de estudiar y analizar la implantación de instrumentos disuasorios, propiciando la creación de un entorno legal adecuado y fijar un calendario de actuaciones para que, a medio plazo, se prohíba el vertido de residuos valorizables, aprovechando al máximo su potencial material y energético. En este contexto, el nuevo Plan Estatal Marco de Residuos (PEMAR) 2016-2022 y el nuevo Paquete Europeo de Economía Circular han renovado la esperanza del sector, toda vez que apoyan el papel de la valorización energética como complemento de la estrategia de las tres erres (reducción, reutilización y reciclaje), relegando el vertido a la última opción dado su negativo impacto para el entorno y la salud. “Incrementar el diálogo” constituye, a juicio de Guinea, la clave para dar a conocer las bondades de la valorización energética.
Es por ello que insta a hablar más, a dialogar más y a proporcionar los datos científicos que certifican el bajo impacto ambiental de este sistema, muy inferior al de otro tipo de infraestructuras industriales, toda vez que está supeditado a una normativa mucho más exigente. Queda mucho trabajo por hacer en esta nueva etapa. En todo caso, la pretensión última de Aeversu es hacer posible que el Día del Medio Ambiente se extienda a los 365 días del año.
Fuente y fotografía: Econoticias