Fueron anunciadas por primera vez en 2013, pero recién ahora sus creadores lograron que los prototipos sean funcionales y de ahí que hayan decidido lanzar una campaña de financiamiento colectivo en internet.
Triton, un sistema de branquias artificiales, serán una realidad a fin de año. Su creador, el surcoreano Jeabyun Yeon, confía en que su invento cambiará para siempre la interacción de los humanos con el agua.
El usuario solo deberá morder una boquilla similar a las utilizadas para hacer snorkel o buceo y respirar sin problemas bajo el agua: los brazos laterales son los encargados de obtener el oxígeno del agua, separando al mismo tiempo el hidrógeno, un trabajo idéntico al que realizan las branquias de los peces.
Los brazos que filtran el oxígeno poseen en su interior millones de perforaciones diminutas, capaces de separar las moléculas de hidrógeno de las de oxígeno, dejando pasar solo este último hacia la boquilla.
Triton se alimenta gracias a una batería interna recargable que se encarga de hacer funcionar el sistema, almacenando oxígeno en pequeños compartimentos. Ofrece una autonomía de 45 minutos y funciona hasta una profundidad máxima de 4,5 metros.
Si la batería está por agotarse o el usuario está por atravesar esa profundidad, Triton vibra y enciende una luz LED para enviar una alerta.
El dispositivo tiene un ancho de 29 centímetros, por lo que es completamente portable, ideal para los fanáticos de snorkel.
Sus creadores presentaron la campaña de financiamiento en la plataforma Infiegogo: necesitaban USD 50.000 para iniciar la producción y ya consiguieron más de USD 800.000.
El precio de Triton asciende a USD 299 para quienes colaboren en Indiegogo. El precio de mercado, cuando comience a ser vendido en diciembre, será de USD 399.
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