El aprovechamiento de las energías renovables puede generar sinergias entre diferentes recursos del planeta para mejorar el rendimiento de todos ellos. Mientras la guerra política continúa en torno al trasvase Tajo-Segura, a cuenta de las tres nuevas derivaciones aprobadas por el Gobierno central esta semana pese a la situación crítica de los embalses de cabecera, un estudio de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) apuesta por aprovechar la superficie del canal hidráulico. Se trataría de instalar una planta de energía solar en algunas áreas del canal para mejorar el rendimiento de ambas infraestructuras.
Este proyecto de fin de carrera ha sido publicado recientemente en la revista ‘Solar Energy’ y parte de la base de que el agua del canal, con estas instalaciones, sería utilizada para refrigerar los paneles solares y estos, a su vez, impedirían la evaporación del agua. Los resultados señalan que esta sinergia permitiría “optimizar la producción de energía y sacar mayor provecho a ambos recursos”.
Sus autores son Ángel Buendía, Antonio Colmenar-Santos, Carlos de Palacio-Rodríguez y Davíd Borge-Díez. Detallan que aunque en otras ocasiones se han llevado a cabo experiencias similares (por ejemplo en la región del Gujarat, India), la nueva propuesta alcanzaría mayor eficiencia gracias a una disposición más adecuada de los módulos y al sistema de refrigeración empleado. “A diferencia de lo que se cree, los paneles solares disminuyen su rendimiento cuando superan los 25 grados. Al reducir la temperatura, hemos mejorado su eficiencia y se ha logrado una instalación totalmente autónoma y autosuficiente a nivel eléctrico», indica Antonio Colmenar.
De hecho, para demostrar la viabilidad del proyecto se eligió el trasvase del Tajo-Segura, que recorre 292 kilómetros entre las provincias de Guadalajara y Albacete, y tras descartar los tramos que discurren bajo tierra, zonas de excesivo relieve y secciones que se encuentran permanentemente a la sombra, los investigadores calcularon una superficie útil de 737.561 metros cuadrados. Para cubrir esta área, ubicada entre el embalse de Alarcón y Los Anguijes, serían necesarios 290.700 paneles que producirían un total de 82 megavatios.
El método consiste en colocar módulos fotovoltaicos individuales sobre la estructura que tapa el canal, de tal manera que la interconexión entre ellos siga un único eje longitudinal, a modo de hilera, cubriendo toda la superficie disponible, explica por su parte Ángel Buendía. A pesar del elevado coste inicial, unos 260 millones de euros calculados sobre la cesión gubernamental del terreno, la inversión sería recuperada en quince años. Si además se tiene en cuenta que la vida útil de los paneles fotovoltaicos es de 30 años, se trataría de una reinversión en otros 15 años.
Sobre la posibilidad de realizar estas instalaciones en los pantanos de cabecera del río Tajo, Entrepeñas y Buendía, los autores dicen que sería aplicable, pero no en toda la zona, al tratarse en muchos de sus tramos de zona montañosa y soterrada. Sí se podría hacer en algunos canales propios de abastecimiento de los pueblos ribereños, y evitar la evaporación del agua. Además, el estudio destaca también otros beneficios como la posibilidad de aprovechar localmente la energía producida y utilizarla, por ejemplo, para el bombeo en zonas de regadío.
Siguiendo la misma línea de los trabajos previos, actualmente los investigadores se encuentran desarrollando un sistema de cubiertas fotovoltaicas que, al colocarse sobre balsas de riego, permitirían reducir la evaporación, generar energía eléctrica y mejorar la calidad del agua.