Un estudio científico realizado por expertos de la Universidad de Barcelona (UB) ha revelado la desaparición del permafrost en los picos más altos de Sierra Nevada.
El Grupo de Investigación Consolidado (GRC) Paisaje y Paleoambientes en la Montaña Mediterránea, encabezado por Antonio Gómez, profesor del Departamento de Geografía Física y Análisis Geográfico Regional de la UB, y Marc Oliva, del Centro de Estudios Geográficos de la Universidad de Lisboa inició en 1998 los estudios sobre la evolución del hielo glacial fósil en Sierra Nevada.
Ahora, en un artículo científico publicado en la revista ‘Science of The Total Environment’ han constatado la desaparición del permafrost -subsuelo permanentemente helado- en los picos más altos de Sierra Nevada (Granada).
El GRC Paisaje y Paleoambientes en la Montaña Mediterránea, dirigido por el catedrático Josep Antoni Plana Castellví, está centrado en el estudio de la dinámica y evolucionado de los sistemas naturales en varias áreas culminantes de montaña (Sierra Nevada, Pirineos, etc.), particularmente desde una perspectiva geomorfológica y ambiental.
El estudio, en el que también han participado expertos de la Universidad Complutense de Madrid, de la Universidad de Alcalá, la Universidad de Oviedo y la Universidad Mykolas Romeris (Lituania), revela que las montañas ibéricas han experimentado un aumento de temperatura de entre 0,8 y 1ºC desde finales del siglo XIX.
Desde entonces, los ecosistemas de la alta montaña peninsular han visto retroceder y desaparecer los glaciares, crecer las especies vegetales a mayores alturas y degradaciones del permafrost.
Desde finales del siglo XIX, el incremento de temperatura en Sierra Nevada se ha cuantificado en 0,93 ºC.
Según el estudio, este hecho ha comportado la desaparición del glaciar que existía en el Corral del Veleta, así como el desplazamiento a mayor altura de los procesos ecológicos y geomorfológicos vinculados al frío.
Con el objetivo de determinar la existencia de condiciones de permafrost en las culminación de Sierra Nevada, en el año 2000 los investigadores realizaron una perforación de 114,5 metros en la cumbre del Picacho del Veleta, a 3.380 metros.
Desde entonces, los investigadores han monitorizado de forma continua la temperatura del suelo a 60 metros de profundidad.
Según los resultados, entre 2003 y 2013 la temperatura anual en el Picacho del Veleta ha aumentado en 0,12 ºC, situándose de media en 0,6ºC.
Por lo tanto, no existen temperaturas medias del aire negativas en toda la sierra, a diferencia de lo que sucedía hace décadas y de lo que ocurre en montañas de cota parecida, como los Pirineos o los Alpes.
No obstante, el incremento de las temperaturas registrado durante esta última década en Sierra Nevada es menor que el aumento registrado en esas otras montañas.
La investigación también ha revelado que en los picos culminantes de Sierra Nevada no existen temperaturas del suelo negativas (permafrost) durante todo el año, con excepciones de algunos circos en los que había glaciares, como sucede puntualmente en el Corral del Veleta.
En el Picacho del Veleta, a partir de unos 10 metros de profundidad, las temperaturas se estabilizan en 2º C.
En la actualidad, en la península ibérica solo se encontraba permafrost en las cumbres más altas de los Pirineos, Sierra Nevada y, posiblemente, los Picos de Europa.
Para finales del siglo XXI, los expertos previenen escenarios climáticos más cálidos y con menos nieve en Sierra Nevada.
Los resultados de la nueva investigación muestran que, durante la última década, en los picos de este macizo las temperaturas del aire han aumentado por debajo de las proyecciones climáticas.
A partir de ahora, futuras líneas de investigación deberían dilucidar si la tendencia divergente observada entre las temperaturas del aire y las del suelo en el Picacho del Veleta responde a un patrón puntual o se enmarca dentro de una tendencia de largo alcance, según los investigadores.
Fuente y fotografía: La Razón