Es el debate eterno: ¿es preferible beber agua embotellada o del grifo? Opiniones las hay para todos los gustos, al igual que lo argumentos a favor y en contra. Las últimas cifras disponibles señalan un incremento de las ventas del agua envasada en torno a un 2%. Así lo dice un informe del año pasado de la consultora Nielsen, que cifra en más de mil millones de euros el volumen de negocio de este sector en España, si bien es cierto que durante los peores años de la crisis se produjo una importante bajada del consumo que comenzó a recuperarse a partir de 2012.

Seis multinacionales controlan el mercado español del agua embotellada, que en total da trabajo a más de 4.500 personas. Nielsen cifra en un centenar el número de empresas, que defienden el envase como la mejor manera de «preservar» la calidad del agua mineral, «manteniendo de forma inalterable sus propiedades de pureza y naturalidad originales y garantizando su seguridad alimentaria».

Así se expresan desde Aneabe (Asociación Nacional de Empresas de Aguas de Bebida Envasadas), donde señalan que esta es «la principal razón de ser» del envase, más allá de que muchas veces los consumidores solo lo vean como una forma de facilitar el consumo. Además, aseguran que el cien por cien de los envases son reciclables. Aneabe cuenta con unas 60 empresas asociadas en España, aunque ninguna de ellas tiene sede en Málaga, donde sí existen embotelladoras en Mijas (Agua de Mijas) y Casarabonela (Sierra Bonela).

Menor impacto

En el lado contrario están los que defienden el ahorro que supone recurrir al agua del grifo. En los últimos años han proliferado además el uso de filtros y purificadores para mejorar su calidad.

«Siempre es fundamental que los equipos estén instalados y mantenidos por personal cualificado y según las indicaciones de los fabricantes», resalta Juan López, gerente de Aquapurif, quien cita también como ventajas razones de comodidad y de reducción de impacto ambiental.

Desde la también malagueña Cenagrupsa, que comercializa el purificador Purezza, aseguran que se elimina hasta un 98% de los residuos del agua, lo cual supone la obtención de un «agua de mineralización muy débil, con bajo contenido en sodio», y los consiguientes beneficios desde el punto de visto médico.

En cuanto al ahorro, reseñan que una familia de cuatro miembros puede gastar una media de 50 euros al mes en agua, lo que suponen 600 euros al año.

Fuente y fotografía: Diario Sur