Un reciente investigación publicada en la revista del Servicio Geológico de los Estados Unidos demuestra que la cantidad de mercurio enterrado en el permafrost del hemisferio norte es de unas 793.000 toneladas. Esto es el doble de que se estima que existe en el resto de la Tierra, tanto en el agua, en la tierra y en la atmósfera.
Para conseguir estos datos han tenido que perforar en unos 13 núcleos distintos de permafrost en Alaska, a lo largo de más de 500 km. Así fue como descubrieron que todas esas toneladas de mercurio están allí atrapadas desde la Edad de Hielo. Este dato sorprendente ha disparado las alarmas porque si el Calentamiento Global no se detiene y el permafrost se siguiera descongelando estas cantidades de mercurio serían liberadas a la atmósfera.
Y sus efectos serían potencialmente muy graves para la biodiversidad. Además, su liberación no sólo afectaría localmente a esas zonas sino que a través de la atmósfera podría viajar grandes distancias y afectar a comunidades y ecosistemas a miles de kilómetros de distancia.