Se enciende de nuevo la señal de alarma. Un nuevo estudio que no deja lugar a dudas sobre el daño que le estamos causando al planeta. Un millón de especies animales y vegetales se encuentran en riesgo de extinción, muchas en las próximas décadas, a menos que haya un cambio radical en los métodos de producción y consumo.
El análisis de la Plataforma Intergubernamental en Biodiversidad y Servicios Ecosistémicos (IPBES), el estudio de mayor profundidad sobre diverisad realizado hasta la fecha y que fue presentado este lunes en la Unesco, insiste en la responsabilidad humana en esta situación límite.
El cambio climático, la contaminación y las especies exóticas invasoras empeoran esta situación que a llevado a que la tasa de extinción actual sea ya «entre decenas y cientos de veces más alta que el promedio experimentado en los últimos 10 millones de años».
Al menos 680 especies de vertebrados han desaparecido desde el siglo XVI y están en peligro más del 40% de las especies de anfibios, un 33% de los arrecifes de coral y más de un tercio de los mamíferos marinos. Una estimación provisional sitúa en un 10% el porcentaje de especies de insectos amenazados.
Entre 1980 y 2000 se perdieron además 100 millones de hectáreas de bosque tropical, principalmente para dedicarlo a crianza de ganado en Latinoamérica y a plantaciones en el sureste asiático, la mayoría de aceite de palma.
Expertos de 50 países trabajaron durante tres años en esa radiografía del planeta en las últimas cinco décadas, que ofrece un diagnóstico sombrío sobre el impacto del desarrollo económico en la naturaleza y en sus cerca de ocho millones de especies.
El estudio, el primero intergubernamental a esta escala, descarta el cumplimiento de las metas mundiales de biodiversidad fijadas para el periodo 2011-2020, pero sus autores confían en que sirva como base de la hoja de ruta que se marcará el año que viene en la convención sobre biodiversidad que la ONU celebrará en China.
No es demasiado tarde para cambiar el rumbo, pero solo si se empieza ya y a todos los niveles, recalca la IPBES, organismo independiente impulsado en 2012 por varias agencias de la ONU e integrado por más de 130 gobiernos.
Establecer cuotas efectivas de pesca y áreas marinas protegidas, promover prácticas que reduzcan la erosión del suelo y una agricultura sostenible, aprovechar el conocimiento medioambiental de las comunidades indígenas y modificar políticas de subvención nefastas para la biodiversidad son algunos consejos. Contener el alza la temperatura global por debajo de los dos grados centígrados también es crucial.