El continuo aumento demográfico mundial  alcanzaría los 8.600 millones de personas para 2030, según un reciente informe de Naciones Unidas. Con el fin de garantizar que todas esas personas puedan consumir energías, cumpliendo con la reducción del efecto invernadero en el que están comprometidas todas las naciones que participaron del Acuerdo de París para reducir los efectos del calentamiento global, la inversión en energía renovables en países emergentes es una cuestión de suma urgencia.

Sin embargo, un estudio reciente ha alertado contra la inversión en energía hidroeléctrica, que significa más del 80% de energía renovable a nivel mundial. Según esta investigación publicada por Global Change Biology este tipo de producción energética podría traer importantes consecuencias para los ecosistemas de grandes ríos como Amazonas, Congo o Mekong.

Al respecto,  Virgilio Hermoso López, el autor de dicha investigación e investigador del Centro Tecnológico Forestal de Cataluña sostuvo que  “Los ríos sostienen una porción muy significativa de la biodiversidad acuática global, así como importantes servicios ecosistémicos para millones de personas. Se estima que el impacto de las presas en la pesca de agua dulce, y en la actividad agrícola y ganadera, afecta a unas 500 millones de personas en todo el mundo”

Por lo tanto, ese investigador señala la urgencia de considerar estos riesgos sociales, económicos y ecológicos dentro del Acuerdo de París porque si bien la inversión en energía hidroeléctrica es necesaria, también es urgente promover una legislación ambiental común que tenga en cuenta el posible impacto de la edificación de nuevos proyectos hidroeléctricos en zonas tropicales.