Más de 2 millones de niños y adolescentes españoles residentes en las provincias de Barcelona, Valencia, Guipúzcoa, Málaga y Cádiz se verán afectados durante los próximos años por el aumento del nivel del mar –que lleva subiendo desde la década de a los 90 entre 2,4 y 8,7 milímetros al año– provocado a su vez por el cambio climático, según un informe de UNICEF, que también revela que a nivel mundial el cambio climático afectará a 175 millones de niños, tal y como informa Ecoticias.
El estudio, lanzado en colaboración con la Fundación Ecología y Desarrollo ECODES y presentado este viernes 21 de abril en Madrid, pone de relieve que España es uno de los países europeos más afectados por el cambio climático y subraya que, al ritmo actual de crecimiento de las emisiones de gases de efecto invernadero, España podría experimentar un aumento de la temperatura de 5°C en 2050.
Según ha explicado la directora de sensibilización y políticas de infancia de UNICEF Comité Español, Maite Pacheco, este cambio climático provoca olas de calor y afecta a la calidad del aire y del agua, y tiene consecuencias negativas en la salud, sobre todo de los más pequeños, como alergias, asma y otras enfermedades respiratorias, partos prematuros, hiperactividad o estrés, entre otras.
Precisamente, según unas investigaciones desarrolladas en Valencia, el riesgo de que se adelante el parto aumenta un 20% si la madre está expuesta a temperaturas extremas, quedando los bebés prematuros expuestos a sufrir secuelas en su desarrollo neurológico, en su función respiratoria y su crecimiento. «Los niños y niñas están en el ojo del huracán, son los que menos responsabilidad tienen y sin embargo los más vulnerables», ha precisado Pacheco, al tiempo que ha advertido de que las consecuencias del cambio climático son aún mayores en el caso de familias en situación de pobreza que, por ejemplo, no disponen de aire acondicionado en sus casas para combatir el calor.
MÁS SOMBRAS, JARDINES Y FUENTES
En este sentido, desde UNICEF piden más zonas sombreadas y verdes que reducen la temperatura media y fuentes en los lugares frecuentados por los menores como parques o colegios. El informe también señala que el cambio climático tendrá consecuencias en la economía española. Así, calculan que el coste de los daños causados en infraestructuras públicas y privadas así como en zonas residenciales e industriales por la subida del nivel del mar será de hasta el 3% del PIB en 2050.
En cuanto al agua, UNICEF cita datos del Word Resources Institute, para señalar que en 2040 una gran parte de la población española estará expuesta a un alto estrés hídrico, con una reducción de las precipitaciones de hasta el 28% a lo largo del siglo, aumentando el riesgo de fenómenos extremos como inundaciones y sequías. Una vez más, los niños serán los más perjudicados por la falta de agua pues el porcentaje de agua corporal de un niño es del 60% frente al 50% del adulto. Por otro lado, a nivel mundial, el informe calcula que en la próxima década, unos 175 millones de niños y niñas serán víctimas del cambio climático, de una forma u otra. Además, señala que 500 millones de menores viven en zonas inundables y que 160 millones viven en zonas donde hay sequías cada vez más severas.
A TIEMPO DE EVITARLO
En todo caso, Pacheco ha precisado que el mundo aún está «a tiempo» de revertir esta situación si los países cumplen el Acuerdo de París contra el cambio climático, el cual señaló que la generación actual es «la última capaz de salvar el planeta». En concreto, en España, UNICEF propone promover una nueva Ley de Cambio Climático y de transición energética; poner en marcha medidas ambiciosas para reducir los gases de defecto invernadero para no sobrepasar el umbral de los 2°C –punto sin retorno–; y promover el enfoque de derechos de la infancia en todas las políticas, normativas y en los presupuestos.
También recomienda crear ciudades más saludables y seguras para la infancia (zonas verdes, viviendas más eficientes, mínima exposición a la contaminación); preparar el sistema sanitario ante los retos del cambio climático (formación específica de los pediatras, evaluar los planes de prevención frente a las olas de calor); y educar desde el colegio (acciones para reducir las emisiones contaminantes, centros sostenibles, consumo de productos frescos y cercanos).